Joan Monrabá, director general de Colt España, sobre la importancia de la ciberseguridad al implantar el modelo de trabajo híbrido.
La pandemia del COVID-19 nos ha enseñado mucho sobre nuestra forma de trabajar. Ha demostrado que nuestras rutinas no son fijas y que los modelos de trabajo alternativos no sólo son viables, sino que pueden tener un impacto positivo en nuestra felicidad, bienestar y productividad. El futuro del trabajo es flexible y cada vez son más las empresas que recurren al modelo híbrido.
Los resultados del trabajo a distancia han sido inesperados, muchos empleados han dicho que trabajar desde casa les ha hecho más felices y productivos. Por ello, muchas empresas creen que el modelo de trabajo híbrido les funcionará porque combina las ventajas de trabajar desde casa con las de estar en la oficina. De hecho, el 47% de los empleados buscaría un nuevo trabajo si su empresa no ofreciera oportunidades de trabajo flexible.
Sin embargo, el problema más importante a la hora de implementar este modelo de trabajo son los crecientes riesgos de seguridad. El enfoque híbrido conlleva una mayor dependencia de las TI, lo que aumenta el riesgo de la empresa de sufrir vulnerabilidades de ciberseguridad. Los empresarios tienen la responsabilidad adicional de proporcionar a los empleados conexiones seguras a la infraestructura de la empresa, copias de seguridad de los datos y aplicar planes de recuperación.
Es obvio que la dependencia de la conectividad crea retos para las empresas. Muchas de ellas tuvieron que superar problemas de conectividad cuando pasaron por primera vez al trabajo totalmente remoto en marzo de 2020, pero la transición al trabajo híbrido también puede ser difícil. Cuando las empresas pasaron a trabajar a distancia durante la pandemia de la COVID-19, tuvieron que ampliar rápidamente sus capacidades de red y seguridad.
Por ejemplo, en el trabajo híbrido la gente se conecta a distancia utilizando puntos de acceso wifi potencialmente compartidos o públicos y múltiples dispositivos diferentes. Cuando se pasa a la tecnología híbrida, es una oportunidad para revisar la ciberseguridad. No se trata sólo de añadir más herramientas de seguridad, hay que buscar un socio de confianza que pueda integrar las soluciones en un solo lugar, ofreciendo una visión única de la seguridad en toda la empresa.
Para permitir el trabajo híbrido, las empresas confían en el ecosistema de la nube y en la conectividad remota a través de VPN. Los hackers lo saben, de ahí el enorme aumento de los ciberataques. Esto abre oportunidades y vulnerabilidades que los ciberdelincuentes pueden explotar.
Este cambio ha hecho que muchas empresas tengan que adaptar sus telecomunicaciones para combinar el trabajo en la oficina y en casa. La conectividad es la columna vertebral de cualquier empresa y, si no funciona con eficacia, podría traer graves problemas.
Por último, aunque la tecnología está allanando el camino hacia un futuro de trabajo híbrido, no se trata sólo de cambiar dónde trabajamos, sino de cambiar cómo lo hacemos. La verdadera oportunidad es utilizar la tecnología para trabajar de forma más eficiente.