Instagram, ese objeto de deseo. Que Twitter había querido comprar la startup no es un secreto. Tampoco lo es que Facebook pagara el doble de su valor inicial por adquirirla. Lo que se desconocía hasta ahora era la unión de estos dos factores.
La razón principal del precio de compra y de la fugacidad de la misma (la noticia fue una sorpresa sin filtraciones) podría haber sido Twitter. Jack Dorsey, fundador y CEO de la compañía, hizo una oferta a Kevin Systrom, CEO de Instagram, nada más finalizada la ronda de financiación que la valoraba en 500 millones de dólares.
Systrom, consciente de que Mark Zuckerberg se había “encaprichado” de su compañía, comunicó al CEO de Facebook la oferta de Twitter de “cientos de millones de dólares”, recoge Venture Beat.
Zuckerberg, temeroso de perder la oportunidad y con la horrible idea de un combo Twitter-Instagram en su cabeza, se apresuró a hacer una oferta que Systrom no iba a poder rechazar.
En tres días se cerró el acuerdo, sin haberlo consultado con la Junta y bajando la cifra inicial propuesta por Systrom de 2.000 millones de dólares.
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