La operación se llevaría a cabo a cambio de unos 5.000 millones de euros que sería el precio que Foxconn pagaría por Sharp. No es una cantidad muy elevada pero es que la marca japonesa atraviesa una etapa harto complicada, arrastrando una abultada deuda de la que se haría cargo el comprador chino. De hecho el próximo mes de marzo Sharp tiene que hacer frente a unos pagos que casi equivalen al mencionado precio de la compra.
El declive del antaño gigante japonés incluso ha suscitado en el país del sol naciente el debate sobre la conveniencia de que sea el propio gobierno quien apoye la compra por parte de un fondo de inversiones privado ante la reticencia a que tan importante empresa tecnológica termine pasando a manos de una empresa extranjera.
Hoy día Sharp continúa siendo uno de los principales fabricantes de semiconductores del planeta y además mantiene una versátil presencia en diversos sectores fabricando smartphones, pantallas LCD, proyectores, impresoras, microondas…
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