El Senado francés acaba de aprobar la que los medios galos ya han bautizado como la tasa Google, un impuesto que debe pasar ahora el filtro de los diputados y que podría estar operativo a 1 de enero del próximo año, 2011. Con el cambio de calendario, se empezaría así a aplicar una tasa creada de forma específica para el universo digital.
El impuesto gravará la venta de publicidad en internet, de la que el Estado se llevará una parte. El Gobierno francés defiende su ley asegurando que así se evitará que los grandes operadores del mercado online y sus ingresos escapen al control del fisco galo.
Pero los pequeños operadores del mercado acusan a la Administración francesa de utilizar a la red como chivo expiatorio para amalgamar los impuestos en Europa y adelantan que la norma los tendrá a ellos como víctimas, tal y como explican varios de estos agentes de mercado a AFP. La tasa Google acabará por perjudicarles, ya que su volumen de ingresos no es similar al de las grandes.
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