Hace algunos meses, Google nos sorprendía anunciando que había alcanzado la denominada ‘supremacía cuántica’ con su sistema Sycamore. Se trataba de un procesador con qubits superconductores programables para crear estados cuánticos en 53 qubits.
Según los creadores, Sycamore puede resolver en 200 segundos una operación que llevaría 10.000 años a la supercomputadora clásica más rápida. Sin embargo, los expertos de IBM afirmaban que la compañía de Mountain View podría estar exagerando sus resultados.
Con la polémica todavía fresca en el recuerdo, Honeywell ha dado a conocer que a mediados de año presentará un ordenador cuántico que duplicará la potencia del sistema más potente desarrollado actualmente.
Gracias a un nuevo avance tecnológico, su ordenador cuántico alcanzará un volumen cuántico (QV, por sus siglas en inglés) de 64, frente al QV de 32 del IBM Q System One. El gigante industrial estadounidense explica que el QV es una métrica que tiene en cuenta tanto el número de qubits como su conectividad y su tasa de error.
El avance al que se refiere es la denominada arquitectura de dispositivo acoplado de carga cuántica (QCCD). Mientras que los ordenadores cuánticos tradicionales se basan en qubits superconductores que emplean circuitos sobreenfriados, Honeywell emplea una tecnología diferente, llamada trampa de iones.
Esta tecnología mantiene los iones -es decir, los qubits- en su lugar mediante campos electromagnéticos. Así, aunque los chips cuánticos superconductores son más rápidos, pero también más inestables. Las trampas de iones son más precisas y mantienen su estado cuántico durante más tiempo. Además, la compañía estadounidense afirma que puede hacer una pausa en un cálculo cuántico, leer el estado de un qubit y reiniciar el cálculo por un camino diferente, dependiendo del resultado.
Honeywell está demostrando que su apuesta por la computación cuántica es seria. No en vano, la compañía ha invertido recientemente en dos proveedores de software y algoritmos cuánticos: Cambridge Quantum Computing (CQC) y Zapata Computing.
Por otra parte, está estableciendo alianzas para explotar el uso de sus sistemas. Por ejemplo, JP Morgan Chase usará su ordenador cuántico para desarrollar algoritmos que le ayuden en sus actividades de servicios financieros.
Honeywell especifica que habrá dos maneras de acceder a sus capacidades de computación. Por un lado, las empresas podrán trabajar directamente con la compañía, pero también será posible utilizar sus recursos a través de empresas que ofrecen ecosistemas que desarrollan algoritmos cuánticos y que brindan software específico basado en distintos casos de uso concreto.
En este sentido, adelanta que se ha asociado con Azure Quantum de Microsoft. De esta forma, las empresas podrán introducirse en la computación cuántica de Honeywell, además de usar los recursos informáticos clásicos de Azure.
Además, la inversión en CQC y Zapata le ayudará a trasladar su capacidad a la industria. CQC tiene experiencia en el desarrollo cuántico y aplicaciones empresariales en las áreas de química, aprendizaje automático y seguridad cibernética aumentada. Y Zapata está especializada en el desarrollo de software cuántico para empresas de varios sectores.
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