HPE cambia de sede: se muda de California a Texas

Este movimiento, desvelado durante su último anuncio de resultados financieros, no supondrá despidos.

Hewlett-Packard (HP) pasará a la historia, más allá de sus desarrollos, por ser pionera en la zona de Silicon Valley, el asentamiento por excelencia de las startups estadounidenses y los innovadores en tecnología.

Nacida en un garaje de la ciudad de Palo Alto, se ha convertido con el paso de los años en uno de los gigantes tecnológicos más conocidos del mundo. Y ahora su sede, al menos la de HPE (Hewlett Packard Enterprise), dejará de estar en California.

La compañía ha anunciado que trasladará su sede desde San José a Houston, en Texas. El movimiento tiene su carga simbólica, por la vinculación histórica con el Área de la Bahía de San Francisco. Sin embargo, Houston es calificado por la propia empresa como su “centro de empleo más grande” en todo Estados Unidos y “un mercado atractivo para contratar y retener futuro talento diverso”.

HPE está construyendo en la ciudad texana un campus de última generación. Y promete que seguirá operando en San Francisco para temas de innovación.

No está previsto que este cambio de ubicación, que abre un nuevo capítulo en la trayectoria de la veterana compañía de tecnología, conlleve despidos. Es un paso más para una compañía que en 2015 se partió en dos para dar lugar a la propia HPE y a HP Inc.

Fin al año fiscal 2020

HPE ha desvelado esta maniobra durante el anuncio de resultados financieros para el que ha sido ya el cuarto trimestre de su año fiscal 2020, finalizado el 31 de octubre.

Sus ingresos netos se han mantenido estables respecto a los del mismo periodo del año anterior, quedándose en los 7200 millones de dólares. A nivel secuencial crecieron un 6 % gracias a la fuerza demostrado por los negocios de HPC & MCS e Intelligent Edge.

Los sistemas informáticos de misión crítica y alto rendimiento (High Performance Compute & Mission Critical Systems) aportaron 975 millones de dólares, un 25 % más interanual y un 50 % más secuencial, de mano de Cray, HPC-Apollo y MCS. Mientras, los ingresos de Intelligent Edge se situaron en 786 millones, un 6 % más interanual y un 15 % más secuencial, entre otras cosas por la infraestructura WLAN.

El segmento que más dinero aporta a HPE es el de computación (3200 millones de dólares), seguido del almacenamiento (1200 millones).

Por su parte, los ingresos por servicios profesionales y de asesoría fueron de 245 millones, para un descenso del 9 % respecto a 2019 y un incremento del 8 % en comparación con el tercer trimestre. La pandemia de COVID-19 ha afectado a las actividades de consultoría.

Antonio Neri, presidente y CEO observa, a grandes rasgos, “un desempeño muy sólido. En el cuarto trimestre vimos un repunte notable en nuestros ingresos generales, con una aceleración particular en áreas clave de crecimiento de nuestro negocio”.

“La pandemia global ha obligado a las empresas a repensarlo todo, desde el trabajo remoto y la colaboración hasta la continuidad del negocio y el conocimiento a partir de los datos. En los últimos meses, los clientes han recurrido cada vez más a HPE por nuestras capacidades únicas desde el edge hasta la nube que les ayudan a empoderar a su fuerza laboral, implementar nuevas soluciones de TI resistentes y extraer conocimientos de datos críticos”, relata, “mientras consumen estas soluciones de manera más flexible como servicio”.

HPE obtuvo unas ganancias netas diluidas por acción de 0,12 dólares GAAP durante el cuarto trimestre y de 0,37 dólares no GAAP. En ambos casos es menos que el año anterior, si bien las cifras están por encima de las previsiones.

Hablando de previsiones, la compañía ha retocado al alza las que había emitido para su presente año fiscal 2021, desde 0,38 a 0,56 dólares GAAP y de 1,60 a 1,78 dólares no GAAP. De momento, en el primer trimestre deberían rodar los 0,02-0,06 dólares GAAP y los 0,40-0,44 no GAAP.