La polémica está servida en Hungría después de que el gobierno del país europeo haya puesto sobre la mesa la posibilidad de poner en marcha una polémica tasa impositiva para las empresas que prestan servicios de conexión a internet.
La idea, que tiene como objetivo ayudar a rebajar el déficit que tiene Hungría, se basa en impuesto que se impondría a los servicios que proveen servicios de internet por las transferencias de datos producidas a través de la web, informan en The Verge.
La nueva propuesta en materia de impuestos implicaría que las empresas que ofrecen las conexiones a internet deberán pagar 150 florines húngaros (alrededor de 50 céntimos de euro), por cada gigabyte de información transferido.
Los cálculos de las autoridades húngaras hablan de que si la medida acaba aprobándose se podrían recaudar en torno a los 20.000 millones de florines, que traducida en euros vendría a ser de 65 millones.
Todavía faltan por concretar más detalles de la propuesta pero los consumidores y empresas no ven con buenos ojos lo que se conoce hasta ahora.
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