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Bajo el nombre en código Rocket Lake se oculta la undécima generación de procesadores Intel, que llegará en los primeros meses del próximo año.

Además del propio procesador en sí la renovación vendrá acompañada de los zócalos de placa base y chipset que completan el conjunto. Se tratará de la nueva generación de procesadores dirigida a equipos informáticos de escritorio y de momento son escasos los detalles que Intel ha facilitado sobre la próxima iteración de su producto, más allá de confirmar una mejora sobre la actual generación consistente en contar con soporte PCIe 4.0.

Comet Lake es la denominación de la actual familia de procesadores Intel, y fue presentada hace apenas un año, lo que puede incomodar, frustrar o irritar a quienes han actualizado sus equipos recientemente por el escaso tiempo transcurrido desde entonces.

Al menos queda el consuelo de que el fabricante haya confirmado que existe completa compatibilidad entre la placa base que acompañaba a los Comet Lake y los nuevos Rocket Lake.  Además, aunque el procesador de la actual 10ª generación no ha logrado la compatibilidad con PCIe 4.0 al menos la placa base sí lo ha conseguido, con lo que esa prestación podrá mantenerse en caso de actualizar el equipo con únicamente el cambio de procesador, siendo además necesaria una actualización de software.

En cuanto a la arquitectura parece que Intel no va a evolucionar desde los actuales 14 nanómetros, probablemente debido a que no le está resultando sencillo avanzar hacia los 10 nanómetros y prefiere ser continuista en esta inminente generación dejando quizá para la siguiente ese importante salto que, por el momento, parecería estar transicionando a base de reforzar el proceso de 10 nanómetros presente en la base de la arquitectura del nuevo procesador pero adaptado al proceso de 14 nanómetros.

Por último, esta 11ª generación de procesadores de escritorio podría haber sido fuertemente influenciada por el diseño de los procesadores móviles de 11ª generación de la propia Intel en el sentido de haber compactado diversas capas de componentes electrónicos en un único chip, lo que podría ser un indicio de que los nuevos Rocket Lake podrían incorporar gráficos integrados Iris Xe.

Con esta revolucionaria arquitectura Intel podría evitar la necesidad de contar con una tarjeta gráfica adicional, al quedar integrada volveríamos a aquellos tiempos ya pretéritos (alrededor de 1998) en los que todo venía en un único conjunto de chipset.

Cuando anunció Xe, Intel explicó que se trataría de tarjetas gráficas integradas capaces de manejar raytracing (trazado de rayos) con lo que podría afrontar los exigentes requerimientos de videojuegos en resolución 1080p con un adecuado nivel de fps (cuadros por segundo).

No hay una fecha anunciada para la presentación de la 11ª generación de procesadores de escritorio de Intel pero es más que posible que de aquí a finales de año se dé a conocer algún dato adicional.

ENLACE: Intel