iPhone 3Gs: mal de muchos, consuelo de tontos

Apple no ha hecho esperar a sus seguidores y eligió la primera jornada de su WWDC para presentar la esperada tercera generación de su iPhone. Finalmente lo hizo sin armar demasiado escándalo, sin la presencia de Steve Jobs y con muchos menos cambios de los esperados.

En primer lugar, esta nueva hornada de teléfonos Apple no constará de varios modelos, como se venía postulando semanas atrás, para pena de los amantes del diseño que admiran las creaciones de la firma de la manzana. No existirá versión económica del teléfono, ni Nano, ni rediseñada. El iPhone 3Gs mantiene su aspecto exterior, prácticamente indiferenciable al del iPhone 1.0 con la salvedad de poder adquirirlo en color blanco.

En esta línea, una de las prestaciones por la que más se apostaba en los mentideros de Internet, la pantalla OLED, ha quedado en un mero rumor para el olvido.

No obstante, Apple ha proporcionado mejoras significativas a su dispositivo. La conectividad 3G ha sido sustituida por HDSPA a 7.2 MB, conocido también como 3.5G y su velocidad de carga de páginas y ejecución de aplicaciones es el doble que su predecesora (de ahí la “s”, de Speed).

La cámara del teléfono, ampliamente cuestionada, ha sido mejorada. De 2 megapíxeles se ha pasado a 3, cifra que sigue resultando escasa en el contexto smartphone, donde incluso ya hay modelos con 12. A ésta se le ha añadido la posibilidad de enfocar sobre cualquier zona de la pantalla, macro de 10 cm, balance de blancos y enfoque automático. Estas novedades son interesantes, pero insuficientes, ya que el iPhone sigue sin disponer de flash ni de unos modos de escena aceptables.

Donde sí se ha dado un salto cualitativo ha sido en el aspecto de vídeo. El teléfono cuenta por fin con cámara, que no sólo permitirá grabar, sino también editar para colgar las piezas audiovisuales resultantes fácilmente en YouTube.

El control táctil se complementa con uno por voz, para interactuar de otra forma con el dispositivo. Más allá de ser una forma de marcación por voz tradicional es posible controlar otras funciones del teléfono, como su reproductor musical a través de este sistema. Además, la función VoiceOver permite leer en voz alta todo lo que aparece en pantalla, para personas con dificultades visuales.

El tiempo de autonomía del iPhone, también muy discutido en su primera versión, también se ha extendido. Esta tercera generación posibilita 30 horas de conversación (24 en el modelo 3G) y la conexión a Internet ha pasado de 6 a 9 horas.

Pese a que estos añadidos puedan ser decepcionantes para aquellos que esperaban más de la nueva tercera generación del iPhone, es indudable, como se ha venido sucediendo en los dos últimos veranos, que el próximo día 19 de junio los fans de la casa de la manzana se agolparán en interminables colas para adquirir un terminal y que los desarrolladores sigan trabajando a un ritmo imparable en la creación de aplicaciones, provocando dolores de cabeza del resto de fabricantes telefónicos, nuevos rivales en el mercado y más envites contra la hegemonía del smartphone.

En España Telefónica será la que determine los precios y condiciones para hacerse con este nuevo modelo y si se produce una mayor rebaja en las tarifas del ya antiguo 3G.

Más información en la crónica sobre la presentación del iPhone 3Gs