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Silicon News sigue viajando a países con mercados en crecimiento. Tras Bulgaria y Macedonia hemos decidido quedarnos en los Balcanes y es que es una región cercana a España, que se encuentra en pleno crecimiento.
Esta vez, le toca el turno a Kosovo, para algunos es un país, para otros, aún una región autónoma que pertenece a Serbia. Fuera de polémicas, el mercado de este lugar presenta muchas oportunidades de crecimiento.

Es difícil recuperarse de un conflicto armado y más aún cuando tras este viene la independencia de un país que aún, tras dos años de haberse declarado como república independiente, no es reconocido por gran parte de los países de la Comunidad Internacional. De viaje por Kosovo, es tan común ver un coche del KFOR (Kosovo Forces, la fuerza militar de la OTAN para preservar la calma en el territorio), como ver un automóvil cualquiera. La República de Kosovo se declaró independiente de forma unilateral el 17 de Febrero de 2008 después de pasarse casi nueve años administrado por la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo.

Kosovo, de mayoría albana, aún cuenta con enclaves serbios lo que hacen más complicada la situación, por la mala relación
que hay entre ambas etnias. Los serbios se niegan a aceptar la independencia del territorio, ya que la consideran ilegal, y otros países como España, con problemas de nacionalismos, tampoco han aceptado a Kosovo como país independiente. Sin embargo, a pesar de lo que pueda parecer, Kosovo, no es un país peligroso. Al contrario, la gente es muy hospitalaria y tranquila.

Algo muy típico en Kosovo, y que es un gran impedimento para el crecimiento de la economía del territorio, son los cortes de electricidad que se producen a diario durante un cierto periodo de tiempo. Un estudio de Enterprise Surveys del año 2009 concluyó que se producían una media de 42,79 cortes de electricidad al mes, lo que supone más de un corte al día. En 2010 esta cifra aún no ha mejorado. Según dicho estudio, durante el pasado año se perdieron un 17,1 por ciento de las ventas a causa de estos problemas de electricidad.

La electricidad es monopolio de la compañía estatal Kosovo Energy Company (KEK) y se importa de países como Bulgaria, Albania o a través de las empresas Swiss EFT y Geni, ésta última de Eslovenia. KEK anunció hace unos meses su intención de buscar nuevas fuentes por las que obtener electricidad y reducir su dependencia a las importaciones.

Las telecomunicaciones han sido parte de esta guerra y se han ido usando por ambos bandos como un elemento más de presión para conseguir sus objetivos. El último episodio de esta batalla tuvo lugar el pasado mes de abril cuando, el día 26, Kosovo cortó la señal de 26 estaciones que provenían de compañías serbias. Esta señal provenía de compañías de Belgrado que operaban en enclaves serbios dentro de Kosovo, algo que las autoridades albano-kosovares consideraban ilegal.


Según  Ekrem Hoxha, presidente de la Autoridad de Regulación de Telecomunicaciones, ahora que la PTK, la compañía pública de telecomunicaciones, está a punto de ser privatizada (planeado para agosto o septiembre), las autoridades kosovares han decidido eliminar esta señal que consideraba “ilegal” porque estaban perdiendo los 200.000 posibles clientes que usaban las operadoras serbias.

Por su parte el gobierno de Belgrado consideró esto una violación de los derechos humanos ya que ha supuesto dejar a la población de etnia serbia incomunicada. El gobierno de Pristina respondió a ello que estaban regalando tarjetas SIM de la compañía aún estatal a las personas que se habían visto afectadas tras esta medida. Días después de esta medida de cortar las señales de las compañías serbias, Telekom Slovenia y PTK denunciaron que alguien había instalado bombas en sus transmisores situados en la zona norte de Kosovo cercana a serbia y en la que el gobierno albano kosovar apenas tiene autoridad.

La primera operadora de Kosovo es Post and Telekom of Kosovo (PTK), cuyo mayor accionista es el gobierno del país. Fue creada en 1965 y actualmente posee una compañía de telefonía fija y Vala, la más usada entre los kosovares de telefonía móvil. Exactamente, alrededor de 1,15 millones de los 2,2 millones de habitantes hacen uso de este servicio. Vala, antes conocida como Vala 900, está a cargo de Mónaco Telekom, la compañía del pequeño principado, que se encarga de gestionar la compañía y, por tanto los números de teléfono móvil de los clientes de Vala tienen prefijo monegasco.

La otra gran compañía de telefonía móvil que opera en el país es, desde enero de 2008, Ipko, subsidiaria en el país balcánico de Telekom Slovenia. Cuando la compañía entró el este mercado al que definió como “prometedor”, construyó una red conjuntamente entre Ipko, Telekom Slovenia y Mobitel, que con los años ha ido cubriendo casi la totalidad del territorio. Su táctica para entrar en el mercado en competencia, sobre todo, con la estatal PTK fue abaratar los precios de llamadas y de mensajes de texto.

Kosovo, que aún no pertenece a la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), no tiene prefijo propio. Éste es un caso curioso, ya que depende de la compañía de la que sean clientes, los ciudadanos usan prefijos distintos. Para la privatización de la compañía PTK, este hecho puede hacer a la compañía menos atractiva para los posibles inversores, ya que el hecho de usar códigos internacionales hace que los costes sean más altos para las telecos. Shyqyri Haxha, director ejecutivo de PTK declaró hace poco a este respecto que la compañía paga anualmente a Mónaco Telecom 16,5 millones de euros por el uso del prefijo del país. Un precio más bajo que el anterior tras firmar un acuerdo.

Se espera poder anunciar en agosto o septiembre la empresa ganadora que podrá dirigir la, por ahora, compañía pública de telecomunicaciones. Los expertos han anunciado que creen que nadie pagará más de 300 millones de euros, mientras Haxha considera que PTK es mucho más valiosa.

Además de las ya tres compañías existentes, Kosovo planea permitir la formación de una nueva empresa de telecomunicaciones. Estos planes ya se hicieron públicos el pasado año, cuando se le concedió una licencia a Tirana, la capital de Albania para desarrollar su propia empresa de telecomunicaciones en Pristina. Finalmente estos planes no se llevaron a cabo, y las autoridades kosovares declararon que consideraban que era el momento de abrir una nueva compañía, pero dentro del país, y así comenzar a depender menos de actores extranjeros. Una medida más en el proceso de su independencia.