La Asociación Americana de Psiquiatría considera los “selfies” síntoma de desorden mental

Antes de que el término selfie adquiriese en tiempos recientes la popularidad de que goza actualmente ya era habitual encontrar estas autofotos compartidas en las redes sociales, como paradigma quizá de la pulsión de mostrar al mundo nuestra mejor cara o que nos encontramos pasado lo bien en buena compañía.

Pero desde la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), encargada de elaborar el célebre Manual Estadístico Diagnóstico conocido como DSM-5 que recoge los comportamientos humanos que dedican de desórdenes mentales, se ha llamado la atención sobre el momento en el que hacerse fotos a sí mismo y compartirlas pasa a convertirse en algo obsesivo compulsivo, con una irrefrenable necesidad de saturar las diversas redes sociales con estas autofotos.

Cuando se llega a ese punto, según la APA, el sujeto trata de compensar una baja autoestima o compensar una deficiencia en el manejo de la intimidad. Los psiquiatras han establecido, incluso, diversos grados de gravedad de este comportamiento.

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En un primer estadio estarían quienes toman en torno a 3 fotografías diarias sin necesidad de compartirlas en redes sociales. El siguiente paso sería el autofotismo agudo, aquí hablaríamos quien toma esa misma cantidad de fotos cada jornada pero ya sí las comparte en Internet.

Hasta aquí hablaríamos de comportamientos en el límite de lo problemático. El comportamiento que la APA describe como selfitis crónica se referiría al impulso incontrolable de tomar fotos de uno mismo y constantemente compartirlos en redes sociales al menos seis veces al día. Este desorden, por el momento, no tiene tratamiento aunque como remedio temporal se valoran terapias de comportamiento cognitivo.

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