La historia de cómo murió el tablet Courier de Microsoft

El año pasado Steve Ballmer se enfrentó a un dilema. Dos visiones enfrentadas sobre una misma cuestión: el Courier, tablet de Microsoft, finalmente cancelado.

El primer grupo, liderado por Allard (padrino de la Xbox) apostaba por un tablet con dos pantallas al que se denominó Courier, que los usuarios pudieran usar con los dedos o un bolígrafo digital: pero tenía un problema operaba con una versión modificada de Windows.

Esta visión chocó con la de Steven Sinofsky, jefe de la división de Windows, que ideaba un tablet diferente. No se fiaba de ningún producto que amenazara el sistema operativo del gigante de software.

Ballmer no tenía nada claro qué hacer. Optó por pedir consejo al gurú Bill Gates. La reunión se llevó a cabo a principios de 2010 en las oficinas de Washington. Según el escenario que dibuja Cnet, tras entrevistas a 18 ejecutivos de la compañía sobre el tema, Allard respondió a una pregunta de Gates sobre cómo acceder al correo, diciendo que los usuarios podrían acceder al correo electrónico en la web.

Pero el dispositivo estaba orientado a complementar un PC, no a reemplazarlo completamente. Allard consideraba que la clave era la creación de contenidos; un gadget para que los arquitectos pudieran esbozar planes de proyectos o un escritor comenzar a redactar una novela.

Gates no entendió esta visión, sobre todo atendiendo a la naturaleza de la compañía que él mismo fundó: Microsoft es una compañía de software y consigue millones de dólares anuales gracias a su software de correo electrónico.

Ballmer acató la opinión de Gates y Courier fue cancelado.

¿Error o acierto? Muchos han sido los que han tachado a la compañía de no tener una visión creativa. Lo evidente es que Microsoft ha querido impulsar una estrategia para proteger su imperio Windows y reinventarse en él. En nuevo Windows 8 para tabletas está a punto de lanzarse, lo que indica que es ese y no otro, el producto central de la compañía.