La compra semanal, a través de la web

Hace poco más de cien años, los grandes almacenes inventaron la compra por correo.
Una plantilla de mozos preparaba los envíos en el sótano del centro, como explica una novela de la época, y los mandaban por mensajero. Ahora, tiempo más tarde, la compra a distancia es mucho más fácil. Nada más sobre revistas y folletos, los productos están a un click de distancia de sus consumidores.
La no tan nueva tendencia en el mercado de la alimentación es la creación de la versión online del supermercado. Carrefour y el grupo El Corte Inglés fueron de los primeros en lanzarse a este nuevo mercado, aunque cada vez son más las enseñas que se unen. Empresas tan populares como Mercadona o Eroski han abierto ya sucursal en la web.
El factor tiempo hace que los hábitos de los clientes evolucionen”, explican desde el Grupo Eroski. “Esto nos dirige a un grupo de clientes cuyo denominador común es la carencia de tiempo”.
Desde Eroski hablan de verdaderos convencidos que ya han jurado que nunca más cogerán un carrito. Si en otros sectores de comercio la compra virtual se ha convertido en una seña de identidad, ¿por qué no iba a serlo en el caso de la alimentación?
“Contemplamos la venta online como un canal afianzado y que responde plenamente a la demanda de los consumidores”, apostillan desde Eroski. “Los canales online”, añaden desde Alcampo, la última gran cadena de hipermercados que ha presentado su tienda virtual en España, “son oportunidades para que nos elijan”.
Los consumidores no sólo compran cada vez más a través de Internet, sino que además están cada día más convencidos de las ventajas que aportan las nuevas tecnologías al proceso de adquisición.

999 millones es la cifra de facturación que movió el comercio electrónico en España en el Q3, según datos que hizo públicos el INE, y fueron clientes como el 74 por ciento de españoles que prevén una circulación ‘inteligente’ por los centros comerciales los que ayudaron a ello.
Comercio tipo
La venta de alimentación online no difiere mucho de la de otros productos con cuya adquisición virtual está más familiarizado el cliente. El consumidor se enfrenta a un panel de elementos ordenados por sección y categoría, que puede añadir a un carrito virtual similar al que puede contar, por poner un ejemplo, Amazon.
Los precios de los productos son muy similares, por no decir, iguales a los de la tienda física, sumándose únicamente los gastos de envío. La media está en los siete euros, un precio un poco más elevado que la media de envío a domicilio que los supermercados tienen en sus sucursales a pie de calle.
El cliente tipo es, además de alguien necesitado de tiempo y según se desprende de la información que Eroski tiene de su clientela virtual, mujer, mayor de 30 años, miembro de una unidad familiar de más de un miembro y urbano.

Este cliente escoge la franja de entrega del producto y un servicio de mensajeros habitualmente de la empresa lleva su compra hasta la puerta de su casa.
Alcampo Drive
Únicamente, el servicio virtual de Alcampo difiere de las líneas maestras de su competencia. “La compra se hace online y se recoge sin bajarse del coche, lo que supone un ahorro considerable de tiempo”, explican desde la cadena.
Frente a la entrega a domicilio, la red de hipermercados francesa ha lanzado un proyecto (en principio sólo en Madrid) que cubre su vacío en el mercado virtual y que permite a sus clientes decidir qué compra en Internet y recogerlo en una central de entregas.
Alcampo no lleva por tanto la compra a domicilio, sino que permite que sus clientes se acerquen durante un horario de 14 horas a un punto a recoger su pedido. ¿La ventaja? “No tiene gastos de preparación ni envío”.