Por ahora, la compañía asiática prefiere centrar sus esfuerzos en aumentar la producción de pantallas planas AMOLED desde las 56.000 unidades mensuales hasta las 64.000.
De esa forma, la marca cree que podrá atender de manera efectiva a la elevada demanda de esas pantallas, que están presentes en dispositivos móviles como el Galaxy S3 y el Galaxy Note 2.
Ese aumento de la producción de AMOLED tradicionales ha ido en detrimento de las AMOLED flexibles, ya que Samsung ha reconvertido algunas líneas de producción piloto en las que se estaban produciendo prototipos de esas pantallas ultramodernas, y las ha dedicado a la fabricación de cristales para los actuales smartphones de la marca.
Por el momento todo apunta a que habrá que esperar una temporada para ver el estreno de las pantallas AMOLED flexibles, que al estar hechas a base de plástico en lugar de cristal, tienen un método de producción diferente.
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