Latinoamérica frente al colapso de Internet

Un estudio de la consultora norteamericana Nemertes Research aseguró que el creciente uso de Internet y la falta de inversión en infraestructura podrían saturar la Red en tan sólo tres años causando cortes en el servicio, especialmente a usuarios estadounidenses, de no elevarse drásticamente la inversión.
Tal y como informó Silicon News, los proveedores deberían invertir 37.000 millones de euros para elevar la capacidad de aquí a 2010, lo que representaría un 65 por ciento más de lo que se estimaba en los planes actuales. La solución es el traspaso del actual protocolo IP versión cuatro hacia IPv6, pero, frente a este panorama ¿América Latina se encuentra preparada para enfrentar el colapso de la Red?
Óscar Messano, Presidente del Directorio de Lacnic (Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe) aseguró que “la diferencia en Latinoamérica es que no se necesitan grandes inversiones para implementarlo, ya que las empresas de Internet son todas nuevas, con equipamiento moderno, ya preparado con IPv6”.
Según estimaciones de la organización, las direcciones IP basadas en la actual versión del protocolo (IPv4) se agotarían en 2011, ya que sólo queda disponible menos del 18 por ciento del total de direcciones, es por ello que están llevando a cabo una campaña regional para lograr que antes de ese año se logre la total adaptación de las redes de la región.
La limitación del actual protocolo provocará que muchos servicios no puedan desarrollarse con naturalidad, por el contrario, con la implementación de IPv6 no sólo habrá mayor espacio de direccionamiento (habrá disponibles 340 sextillones de direcciones, lo que hará virtualmente imposible su agotamiento) porque utiliza en vez de 32, 128 bits, por lo tanto no se necesitarán técnicas como NAT (Network Address Translation) para proporcionar conectividad sino que además, hará a la Red más segura porque permite soportes de autentificación y encriptación del propio protocolo base.
“Al no haber tantas empresas en América Latina, la relación de Lacnic en la región es más personalizada con acciones de capacitación e información con una temática de IPv6 central en ellas: promovemos el traspaso, ya que otorgamos bloques IP sin costo alguno, brindamos apoyo técnico para lograr la transición, que al no ser compleja permite la convivencia de ambos protocolos, no es un cambio brusco”, agregó Messano.

Esto refleja una ventaja comparativa a diferencia de otras latitudes que presentan grandes infraestructuras y por lo tanto, mayor necesidad de inversión, como es el caso norteamericano.
 
Vinton Cerf, quien fue co-creador del protocolo TCP/IP y actualmente preside el directorio de la Icann, por su paso por Buenos Aires a principio de este año, también aunó por la necesidad del traslado al nuevo protocolo en Latinoamérica y la necesidad de “reexaminar los modelos empresariales para adecuarse a las nuevas formas de consumo y producción de datos en Internet”. Y una de ellas es la movilidad, ya que cada teléfono móvil de última generación, nuevos dispositivos como PDA o automóviles conectados a Internet utilizarán una dirección IP pública e individual permitiendo la interoperabilidad con servicios multimedia.
Argentina, pionera
Argentina fue pionera en la región al implementar el IPv6 cuando adoptó ese protocolo en 2006 en el NAP (Network Access Point) de CABASE, la cámara que agrupa a los empresas de Internet, comercio electrónico, contenidos y servicios en línea.
A través del NAP, se produce el intercambio de tráfico entre las redes en Argentina de diversas entidades como operadores, proveedores de acceso, organismos de gobierno, entidades académicas, entre otros.
Estos puntos neurálgicos de la Red se han construido en todo el mundo bajo distintos esquemas institucionales, topológicos y operacionales. No obstante, la mayoría de ellos persigue idénticos objetivos: buscar la eficiencia en el ruteo de Internet, mejorando la calidad de servicio y minimizar los costos de interconexión.
Y aunque en la región, Argentina, Chile, Brasil y Uruguay están interconectadas y con grandes avances de implementación del nuevo protocolo, también existen grandes carencias, como el caso venezolano, el cual no tiene NAP nacional, y su tráfico pasa por los Estados Unidos.
Los primeros en implementar IPv6 fueron Retina, la red de instituciones de ciencia y técnica, junto con socios privados, empresas proveedoras de telecomunicaciones: Iplan y Comsat Argentina.

Gabriel Adonaylo, IP Product Manager de Comsat International, explicó que “nuestra experiencia no necesitó de grandes inversiones, sino más bien de un costo de tiempo de recursos horas/hombre para entender el funcionamiento”.
 
Como resultado Adonaylo resaltó que “en el caso argentino ya está disponible, en Brasil en cambio, seguimos trabajando”.
Al hacer un balance crítico de la región, Adonaylo especificó que existe “demanda de pocos clientes sólo a efectos de uso experimental ya que no tienen una política estratégica para emigrar porque no existe una urgencia, cuando en la realidad sí la hay, más que nada cuando los ISP (Proveedores de Servicios) empiecen a perder clientes por no poder otorgar direcciones IP”.
Por su parte, desde la página web de IPv6 Task Force, Mariela Rocha, Chair para América Latina y el Caribe, asegura que “distintos organismos de gobierno y entidades públicas o redes de universidades, a la hora de lanzar licitaciones para la compra de equipamientos o servicios, exigen en ellos el soporte del nuevo protocolo, preparándose de esa manera para una transición que consideran inevitable.”
El Gobierno de Brasil tiene una política de implementación junto con Chile. Caso contrario en Argentina, ya que el gobierno nacional influye poco en el sector empresarial, aunque se comienza a implementar incipientemente pedir en las licitaciones públicas argentinas que la tecnología incluya IPv6, un poco siguiendo el ejemplo estadounidense, que ordenó el despliegue para todas sus agencias federales para el 2008.
“Cuesta trabajo la implementación en Latinoamérica porque no es una urgencia, y en última instancias no está en manos del técnico la política de implementación empresarial de este protocolo, pero también es un problema cultural, ya que en nuestra región cuesta trabajar para el futuro”, finalizó Óscar Messano.