Los pronósticos sobre el gasto en TI echan el freno

Mientras Gartner prevé una mejoría de más del 5 %, IDC revisa a la baja sus expectativas por quinto mes consecutivo y apuesta por un crecimiento del 4,4 %

El gasto en tecnología seguirá creciendo durante 2023, pero no lo hará con tanta fuerza como en épocas anteriores. La consultora IDC, de hecho, ha tenido que rebajar sus previsiones de crecimiento.

“Desde el cuarto trimestre del año pasado, hemos visto señales claras y medibles de un retroceso moderado en algunas áreas del gasto en TI”, apunta Stephen Minton, vicepresidente del grupo de investigación Data & Analytics de esta compañía.

“El gasto en tecnología se mantiene resiliente en comparación con las recesiones económicas históricas y otros tipos de gastos de los negocios, pero el aumento de las tasas de interés impactan ahora el gasto de capital”, añade.

Como consecuencia, los analistas de IDC se han visto obligados a recortar sus expectativas por quinto mes consecutivo. Ahora apuestan por una mejoría en moneda constante del 4,4 %, lo que significaría alcanzar los 3,25 billones de dólares.

Los cálculos de Gartner son más benevolentes. Esta otra firma de consultoría apuesta por una mejoría interanual del 5,5 % y un total de 4,6 billones de dólares.

Y es que, a pesar de las dificultades que afronta el mundo, Gartner espera que todas las regiones geográficas incrementen su gasto en TI a lo largo de 2023. Y, aunque es consciente de la debilidad de los dispositivos y el aplazamiento de las compras por parte de unos consumidores con peor poder adquisitivo, apuesta por un segmento de software fuerte, con crecimiento de dos dígitos y el impulso de las iniciativas de transformación empresarial.

“Los vientos macroeconómicos en contra no están ralentizando la transformación digital”, explica John-David Lovelock, distinguido analista vicepresidente de la compañía de análisis. “El gasto en TI seguirá siendo fuerte, incluso cuando se prevé que muchos países tengan un crecimiento del producto interior bruto casi plano y una alta inflación en 2023”.

En este contexto, Lovelock considera que “priorizar será fundamental, ya que los CIO buscan optimizar el gasto mientras usan la tecnología digital para transformar la propuesta de valor de la empresa, los ingresos y las interacciones con los clientes”.

“Los CIO”, prosigue, “enfrentan un acto de equilibrio que se hace evidente en las dicotomías del gasto en TI. Por ejemplo, en los mercados de centros de datos hay suficiente gasto dentro para mantener los centros de datos on-premise existentes, pero el nuevo gasto se ha desplazado hacia las opciones de nube, como refleja el crecimiento de los servicios TI“.

De hecho, la previsión es que este segmento de servicios continúe en trayectoria ascendente gracias a la infraestructura como servicio, creciendo más de un 30 % este año.

IDC coincide a la hora de destacar la fuerte demanda de los servicios en la nube a pesar de las presiones inflacionarias. Eso sí, el gasto que no está relacionado con el cloud computing parece destinado a disminuir.

La infraestructura cloud, el software y los servicios están creciendo más lentamente que hace un año, pero continúan representando la mayor parte del gasto total en TI y están reforzando la sensación general de resiliencia de la que aún disfruta la industria”, declara Stephen Minton.

“El impacto más significativo sigue concentrado en los mercados de consumo”, detalla. “Ahora se prevé que el gasto en TI de los consumidores disminuya un 2 % este año. Este será el segundo año consecutivo de disminución en el gasto en tecnología por parte del consumidor“, lo que supone “un gran cambio” respecto al “crecimiento del 18 % en consumo en 2021”.

Más allá de ver un empeoramiento a nivel de PCs, IDC reduce sus expectativas para otras categorías de hardware, como los servidores, dispositivos wearables y periféricos. Los pronósticos no son buenos para las inversiones en infraestructura on-premise por parte de las organizaciones.

Además, aunque el gasto directo en TI debería crecer un 6,4 % en 2023, el gasto indirecto a través de proveedores de canal sólo aumentará un 2,5 %. En esto tienen que ver la restricción de crédito y las dificultades de consumidores y pequeñas empresas para financiar sus inversiones tech.