Los sueños de mil y una noches de las tecnológicas

La renta per cápita en los Emiratos Árabes Unidos está en los 32.000 dólares. Y aunque el pinchazo inmobiliario y la caída de los precios de los hidrocarburos han desacelerado la economía de la zona, se espera que siga en crecimiento positivo, según la ficha del país elaborada por el ICEX. Al calor del crecimiento económico elevadísimo de la zona anterior a la crisis fueron muchas las empresas españolas que se lanzaron a la conquista del mercado de la zona.

En los sueños de mil y una noches, las tecnológicas no se quedaron tampoco atrás. Los Emiratos eran un destino codiciado… y sigue siendo un atractivo bocado. Que Emirates haya puesto vuelo directo Madrid-Dubai demuestra que el interés business por la zona no ha decaído.

“Emiratos es un país que ha tenido una gran evolución en los últimos años con una demanda creciente de capital tecnológico y humano”, apunta Víctor Ceniceros, director gerente de Golive. Golive es una empresa especializada en servicios de implantación y soporte de sistemas ERP, CRM y BI de Oracle e instalada en la zona. Su salto a Emiratos llegó vía justamente a la major americana. “Oracle había firmado un contrato con un importante grupo alimentario en Oriente Próximo y necesitaba de profesionales especializados con experiencia en grandes proyectos internacionales”, explica Ceniceros.

Blusens es otra de las empresas españolas que ha dado el salto en la zona, con oficinas en Dubai. “Es el hub de negocios por excelencia de la zona”, apunta Miguel Silva, vicepresidente ejecutivo y cofundador de Blusens, así como cabeza de la compañía en Emiratos. Desde esa oficina gestionan “los seis países de GCC, los países árabes de influencia mediterránea, el norte y centro de África y el subcontinente asiático que bordea Oriente Medio”, explica Silva.

Diferencias entre mercados

Lanzarse a un mercado diferente al propio siempre es complicado: la cultura empresarial no tiene porque ser igual a la de casa y las diferencias en el modo de cerrar negocios puede entorpecer el proceso de asentarse en un nuevo mercado. Aunque a Golive les fue muy bien – trabajaban con una empresa con bastante experiencia en internacionalización -, su director gerente reconoce que existen diferencias entre el mercado de casa y el Emiratos.

“Existen ciertos aspectos culturales que han de ser tenidos en cuenta si se quiere que la comunicación con el equipo del cliente sea fluida”, apunta. “Si no, se corre el riesgo de que el proyecto se vea entorpecido por pequeños detalles”.

“En Dubai se mezclan decenas de culturas empresariales”, explica por su parte Miguel Silva, de Blusens, “no es lo mismo que la que podemos encontrar en otros países como Arabia Saudita o Kuwait”. Según Silva, la cultura de negocios de Dubai es “mucho más global al tener una enorme cantidad de directivos de todo el mundo”. “Creo que, personalmente, es mucho más exigente el dirigir una empresa en Dubai que en España”, asegura incluso Silva.

¿Talento local o talento desde España?

Una de las grandes preguntas que se hacen las empresas que se lanzan a la internacionalización es la de captación de talento: ¿se lleva el de casa o se apuesta por el local? En el caso de Blusens, son 15 los trabajadores de la firma en el país, con una mezcla de talento de la zona y español. “El talento local forma una parte importante del equipo y podemos decir que estamos en un 50-50% de equilibrio, lo cual es muy deseable y tremendamente sano”, explica Miguel Silva.

“La principal actividad de nuestra empresa es la aplicación y transmisión de conocimiento, lo cual dificulta enormemente la subcontratación”, señala Víctor Ceniceros, de Golive. “Afrontamos nuestros proyectos siempre con personal propio ya que los clientes que nos contratan buscan nuestra experiencia y saber hacer”.

Mujeres en plantilla

En el caso de los países árabes, uno de los problemas a los que se puede enfrentar una compañía es lidiar con las no siempre igualitarias leyes referentes a las mujeres. Las trabajadoras de Blusens “están perfectamente adaptadas al país, que aún reconociendo que dicha integración es más complicada que en España por factores de cultura de sobra conocidos, en la ciudad de Dubai se reducen al mínimo”.

“No tiene nada que ver el trabajar en Dubai con otros países de la zona”, añade Silva.