Malt Tech Trends 2025: La IA impulsa una nueva era tecnológica centrada en soberanía, low-code y ciberseguridad

Malt revela que la IA reordena las prioridades tecnológicas: auge del low-code, la ciberseguridad y la soberanía digital en Europa.
La inteligencia artificial ya no es una promesa futura, sino el epicentro sobre el que gravitan las decisiones tecnológicas de miles de empresas en Europa. Así lo refleja el informe Malt Tech Trends 2025, elaborado por la mayor comunidad freelance del continente, que analiza las competencias más buscadas, las tendencias del mercado y la evolución de los perfiles tecnológicos durante el último año.
Tech Trends 2025
Según el estudio, los proyectos vinculados con IA han crecido un 230% interanual, obligando a las empresas a redefinir sus prioridades. “Las herramientas están cambiando, las expectativas
Están creciendo y las apuestas sobre la mesa, técnicas, estratégicas y ambientales, cada vez son más fuertes. Las empresas que acaben con éxito 2025 no van a ser las que adopten en mayor medida la IA o entreguen los prototipos más rápidos. Serán aquellas que tomen decisiones deliberadas y consistentes de cara al futuro. Quienes prioricen la soberanía y el control, abran las puertas a la colaboración y empiecen a tener en cuenta la demanda de sostenibilidad que se avecina, estarán por delante de las demás. Estas señales no son hipótesis. De hecho, ya están escritas en los briefings de los proyectos”, afirma Claire Lebarz, CTO de Malt. Esto ha desencadenado un rediseño del stack tecnológico, que ahora debe ser seguro, soberano, automatizado y usable por perfiles no técnicos.
Uno de los efectos colaterales más visibles ha sido el resurgimiento de las plataformas low-code y no-code, cuya demanda creció un 40 % en 2024. Herramientas como Flutterflow (+270 %), Make y n8n ganan tracción al permitir que perfiles de negocio integren IA sin necesidad de recurrir a desarrolladores. Esta democratización, sin embargo, convive con una creciente complejidad arquitectónica que exige profesionales capaces de orquestar entornos híbridos, seguros y escalables.
Ciberseguridad y soberanía, pilares del nuevo stack
La integración de la IA con datos sensibles y procesos críticos ha colocado la ciberseguridad en el centro del debate. Los proyectos de esta área aumentaron un 35 %, con una fuerte demanda de perfiles especializados en auditorías, cumplimiento normativo (ISO 27001, DORA, NIS2) y gestión de riesgos. “La seguridad ya no es una capa, sino un requisito embebido en la arquitectura misma”, destaca el informe.
La soberanía digital también se afianza. La demanda de soluciones cloud europeas, como Scaleway, creció un 200 %, en paralelo al auge de modelos de lenguaje como Mistral, que multiplicó por ocho su uso frente al dominio estadounidense de OpenAI. Este giro responde tanto a exigencias regulatorias como a la necesidad de control sobre los datos y la infraestructura tecnológica.
Una brecha entre oferta y demanda
El informe identifica una discordancia significativa entre las competencias ofertadas por los freelancers y las más demandadas por las empresas. Mientras que los expertos se centran en HTML, JavaScript y modelos como Claude, las compañías priorizan skills en React.js, Python, OpenAI y RAG. A pesar de esta brecha, la comunidad freelance ha mostrado una notable capacidad de adaptación: los perfiles con experiencia en IA, cloud y ciberseguridad crecen con rapidez, al igual que la categoría “Experto Plus” (más de 15 años de experiencia), que aumentó un 72 %.
Los roles más demandados siguen siendo desarrolladores backend, científicos de datos, ingenieros de datos y expertos en ciberseguridad. En paralelo, crece el interés por consultores IT senior e interinos para liderar procesos de transformación digital, estrategia de arquitectura y gobernanza de IA.
Superequipos para una tecnología más humana
El informe de Malt concluye que las empresas que prosperen en 2025 no serán las que implementen IA más rápido, sino las que tomen decisiones coherentes: que apuesten por la soberanía, la colaboración y la sostenibilidad. En ese sentido, aboga por la formación de “superequipos” que combinen talento interno con expertos freelance para afrontar los retos de una tecnología cada vez más exigente, pero también más distribuida, ética y centrada en el ser humano.