Mercado de microchips: de la escasez a la abundancia

Los distintos problemas que han generado la falta de suministro en la industria de los semiconductores parece que se reducen y el panorama para los próximos meses es más positivo.

La finalización de los confinamientos decretados en distintas áreas de China podrían suponer, al cabo de casi 30 meses, que el cuello de botella y la contracción de la oferta de microchips variase la tendencia y, de hecho, incluso se llegase a una abundancia de estos componentes en un ejemplo del “efecto látigo”.

Una reducción de stocks que ha obligado a parones en distintas industrias, desde la de fabricación de dispositivos electrónicos a la del automóvil. Precisamente una de las grandes empresas automovilísticas que se ha visto afectada, Volkswagen, anticipaba la pasada semana que en un futuro próximo, en este mismo segundo semestre de 2022, procedería a aumentar la producción de sus modelos eléctricos debido al fin de la escasez de componentes.

Por otra parte las recientes crisis que han afectado a las criptomonedas también han permitido relajar el exceso de demanda sobre las tarjetas gráficas que se emplean en la minería de monedas virtuales. Hasta tal punto se está consolidando esta situación que a comienzos del mes de junio Samsung pidió a sus proveedores que redujesen los envíos como consecuencia de la acumulación de existencias.

Inversiones crecientes

Por su parte los fabricantes de microchips manejan previsiones que apuntan, según un estudio de Gartner, a una inversión de casi 190.000 millones de dólares durante este año 2022 a fin de aumentar la demanda. Esa cifra supone incrementar en un 20 % la producción que hubo en 2021 y casi duplicar la inversión de 110.000 millones de dólares que hubo en el año 2020.

El aumento de los encargos por parte de las fábricas de productos y dispositivos desencadenaría ese “efecto látigo” al trasladar a los fabricantes de microchips y estos a los suministradores de componentes el incremento de la demanda, con pedidos que buscarían asegurar los suministros. Tan sólo en el caso de la industria automovilística se espera un aumento del 40 % de las ventas con una fabricación superior a los 120 millones de nuevos vehículos.

Así podría transmitirse como un latigazo una tendencia que invertiría la que ha existido desde que comenzaron los primeros confinamientos en el arranque de la pandemia en marzo de 2020, pasando de la escasez de microchips a un posible exceso de oferta por el aumento de la demanda de dichos componentes y, a su vez, el incremento de la producción de los mismos.