Microsoft adquiere Miburo, especialista en análisis de investigación de ciberamenazas

Microsoft MWC

Microsoft anuncia el acuerdo al que ha llegado para adquirir la firma neoyorquina de análisis e investigación de ciberamenazas Miburo.

Microsoft ha anunciado el acuerdo al que ha llegado con Miburo para la adquisición de esta empresa neoyorquina especializada en el análisis y la investigación de ciberamenazas.

Con esta compra la empresa de Redmond refuerza su capacidad de detección y respuesta ante ciberataques, integrando un equipo con experiencia en la detección de amenazas en 16 idiomas. Y es que uno de los puntos fuertes de Miburo es su lucha contra los ataques procedentes de instancias estatales, más allá de los ataques procedentes de los delincuentes.

Se trata este de un tipo de ataque de especial relevancia en los últimos años, especialmente con la tensión política y comercial entre distintos países, lo que afecta a los mismos, sus aliados y rivales. Microsoft recopila, publica y utiliza la información sobre amenazas para mantener la seguridad online de sus clientes, lo que ahora quedará reforzado por la aportación de Miburo.

La amenaza exterior

Desde Microsoft no se ha desvelado el importe de la operación pero se ha asegurado que Miburo continuará bajo la dirección de Clint Watts, su fundador, quedando la empresa integrada en la organización Customer Security and Trust. La misión del Equipo de Análisis de Contexto de Amenazas de la empresa ahora adquirida será colaborar de manera estrecha con el Centro de Inteligencia de Amenazas de Microsoft a fin de ampliar las capacidades de detección y análisis de ciberataques.

Estas ciberamenazas ponen en peligro tanto a clientes de Microsoft del sector privado como especialmente del sector público, puesto que esos ciberataques que provienen de instancias estatales buscan ocasionar daños a organismos públicos y administraciones.

En palabras de Tom Burt, vicepresidente corporativo de Seguridad y Confianza del Cliente de Microsoft, la adquisición de Miburo resulta esencial para “encontrar soluciones a largo plazo que impidan que los adversarios extranjeros amenacen a los clientes del sector público y privado, y a los cimientos mismos de la democracia”.