El ‘offshoring’ en España no triunfa por los altos costes a pesar del talento y el ecosistema de empresas

Europa aporta 5 de los 20 países mejor considerados para externalizar servicios de software.

Según la séptima entrega del índice A.T. Kearney Global Services Location Index, el offshoring está cambiando. Y con offshoring referimos a la subcontratación de procesos de negocio a otro país fuera del de origen, nada que ver con el concepto de evasión de impuesto tan de actualidad.

Tampoco hablamos de outsourcing, ya que en el caso del offshoring las empresas deciden instalarse en terceros países en lugar de simplemente externalizar procesos.

Cada vez más, la contratación de procesos fuera de los países de origen se está sustituyendo por la automatización de los mismos, desvela el estudio. Es una tendencia muy nueva que a pesar de su rápido desarrollo está en fases iniciales. No se generalizará del todo, advierten los expertos. En un futuro se impondrá un modelo combinado de automatización y de procesos de negocio como servicio (BPaaS, por sus siglas en inglés).

La lista cita a los 55 países preferidos por las compañías para instalar allí parte de sus procesos de negocio. Para elaborarla tiene en cuenta tres aspectos: el atractivo financiero del país (esto es, los costes de contratación), la formación de los empleados y calidad del talento local y el tamaño del ecosistema de negocios instalados en el país.

No sorprende que India y China lideren el ranking. “Consideremos que no menos de 5 fabricantes de teléfonos chinos han anunciado sus planes de abrir centros de I+D en India”, cita el estudio. “Las empresas esperan emplear el talento de los ingenieros de India para desarrollar sus productos”.

En segundo lugar está China, que se amenaza el liderazgo de India en la lista. Las mejoras en la formación, los esfuerzos en la adaptación cultural de cara al exterior y la fortaleza de la moneda frente a la debilidad del dólar está atrayendo a cada vez más empresas.

Polonia, en el Top 10, España cae 14 puntos

En la lista España ocupa el puesto 46, con una puntuación muy baja en atractivo en relación a costes de contratación, bastante alto en relación a la formación de la fuerza laboral y bastante algo también en cuanto a ecosistema para hacer negocios. Esto significa que España no es un país atractivo para el offshoring porque instalarse y contratar servicios in situ es caro, a pesar de que hay talento y un ecosistema propicio para ello. La puntuación media de España ha caído 14 puntos con respecto al ranking de 2014.

El informe destaca la posición de Polonia, que ha escalado hasta el número 10 de la lista gracias a la mejora en costes de compensación. Muchas operaciones de externalización están además en otras ciudades como Cracovia o Wroclaw, y no solo en la capital, Varsovia, lo que es signo inequívoco de la buena salud del país frente a otros competidores europeos como Rumanía o Ucrania, en los puestos 13 y 24, respectivamente.

En cuanto a estos dos cabe destacar que Rumanía ha subido 5 posiciones gracias a que los costes laborales son más baratos. La situación de Ucrania podría parecer la opuesta, dadas las tensiones políticas en la región. Pero nada más lejos de la realidad; el país ha escalado 17 posiciones gracias a la depreciación de la moneda que ha propiciado una mejora en su puntuación por compensación de costes.