¿Por qué Google+ podría no tener éxito?

Primero lo intentó con Wave. O quizás no: los usuarios no llegaron nunca a entender qué era exactamente lo que ofrecía este servicio y los beneficios que podrían sacar de él. Después probó con Buzz, una especie de Twitter para los usuarios de Gmail. Fue un nuevo fiasco: los problemas de privacidad ya lastraron el arranque del producto. Que los usuarios no lograsen encontrarle el atractivo acabaron de remartarlo.

Ahora Google lo intenta con Google+, la red social made in Mountain View. En el pasado se había señalado que Google no lanzaría una red como tal sino una capa al más puro estilo Buzz, aunque al final ha sido la ortodoxia social media lo que ha ganado. Es una red social. Como tantas otras. Y quizás éste será su principal fallo.

En Twitter la gente clama por una invitación. En eBay han llegado a venderse. Todos quieren probar la red social de acceso limitado. Aunque una vez conseguido, después de tanta espera y tanto buzz indicando que es el producto del milenio, la sensación es ligeramente decepcionate. Una vez dentro, la sensación de déjà vu es demasiado poderosa.

Si no puedes con tu enemigo, únete a él… o copia su estrategia. Google+ es un Facebook pero con blanco y negro en lugar de blanco y azul. Permite hacer lo mismo: compartir información, chatear, fisgar en los tablones ajenos, compartir fotos… pero sin los test, las aplicaciones invasivas de ‘alguien ha contestado a una pregunta sobre ti’ y sin los grupos de fans.

Los círculos, la gran innovación de Google+, no es más que al final una versión más estilizada y con un nombre más bonito de algo que también Facebook permite hacer. En la red social de Mark Zuckerberg el usuario puede acudir a los niveles de privacidad de su perfil y determinar quién puede ver qué y quién no podrá jamás ver o hacer según que cosas en el perfil propio. Se pueden lanzar mensajes directos a esos grupos. Se puede, al final, hacer lo mismo que se hace en Google+.

Google, sin embargo, repite y defiende que los círculos no son grupos y que son el corazón de lo diferente de su apuesta social. Sin embargo, ni los usuarios ni los especialistas han acabado de ver esa diferencia o esas posibilidades de uso increíbles y novedosas. Si el internauta no sabe qué es lo especial o no sabe sacar partido al producto en cuestión, es que algo falla. O es que no es tan novedoso como se pensaba.

Por lo demás, en Google+ se puede encontrar todo lo que Facebook tiene. Hay un botón de me gusta, la posibilidad de comentar lo que hacen los demás, se puede cambiar el estado, se puede comentar las fotos o se pueden compartir vídeos. Las similitudes están hasta en la disposición de los elementos, la presentación de los mismos y la estética del producto en general. Las similitudes son tantas y tan abrumadoras que BusinessInsider ha llegado a publicar foto a foto cómo Google simplemente copió a su competidora directa.

El siguiente problema de Google+ es la privacidad. De entrada, todas las acciones que se hacen en la red social son completamente públicas, a menos que el usuario decida acceder al panel de control y modificar los niveles de privacidad.

Esto es algo que también sucede en Facebook y es un error de estrategia bastante claro el lanzar un producto con el mismo fallo de salida que tantos dolores de cabeza le ha causado a la competencia.

Eso sí: una vez que se dominan los círculos es posible limitar quién ve qué cosas. Pero al fin y al cabo eso también se puede hacer en Facebook. No es de una forma tan vistosa (en vez de llamativos destacados azules en Facebook hay que hacer click en un candado para ver un menú desplegable) pero el resultado final no deja de ser el mismo.

El usuario más avispado puede incluso llegar a bloquear el acceso a buscadores de su perfil, para que cuando alguien ponga su nombre en Google o Bing no aparezca su presencia en Google+ en la lista de resultados. Pero la primavera de la privacidad será muy corta en Google+: el 31 de julio, todos aquellos que no hayan autorizado a los motores de búsqueda a mostrarlos verán su perfil desactivado.

Uno de los pasos inteligentes que ha dado Google en el lanzamiento de Google+ es el de lanzar el producto en múltiples idiomas. Cuando Facebook salió al mercado, lo hizo únicamente en inglés y fueron sus usuarios los que acabaron traduciéndolo de forma colectiva – y gratuita – a sus idiomas nativos. Los nuevos idiomas fueron una de las claves de la explosión de la red social en algunos mercados en los que el usuario no se siente cómodo con el todo en inglés.

Google+ llega ya traducido de serie, aunque con un fallo de diplomacia bastante curioso en España.  El usuario puede utilizar la red social en castellano y en catalán pero no en los otros idiomas cooficiales de las diferentes comunidades autónomas de España, como euskera o gallego (que sí existen en Facebook e incluso en Tuenti). La razón es clara: Google ya se ofrece en catalán de una forma más completa de lo que ocurre en euskera o gallego, idiomas a los que el buscador ha traducido de forma más pobre sus servicios. La presión de la demanda en el mercado catalán por contar con productos en este idioma es más elevado que en los dos segundos. Sin embargo, lanzar un producto, hacerlo en catalán y obviar los otros dos idiomas – que ya existen también para la firma – puede crear una sensación de ligera perplejidad entre los usuarios de las otras dos lenguas. Y sobre todo impacta en la imagen de la compañía en un mercado que tan sensible es ante semejantes diferencias.

¿Conseguirá Google que los usuarios den el salto desde Facebook a su nueva red social? Facebook es ya demasiado cómodo: todo el mundo con el que el internauta quiere conectarse está ya ahí, junto con sus intereses (y Google+ no deja todavía a las empresas hacerse un perfil en la red social), por lo que el buscador tiene que luchar contra un duro enemigo a la hora de alcanzar el éxito. Tiene que convencer a una masa de usuarios muy importante para que den el salto de un servicio que ya les gusta a uno que es prácticamente igual y que no ofrece ningún incentivo más allá, por ahora, de su exclusividad.

¿Se pasará la euforia cuando el libre acceso a Google+ sea un hecho?

Y… ¿Están interesados los internautas en estar en más de una red social que al final vale para lo mismo? Si los usuarios estaban en redes sociales profesionales variadas era, en conclusión, para tener más posibilidades de mejora profesional. ¿Estarán en Google+ y en Facebook para tener una mejor y más completa vida personal?

El camino hacia el éxito de Google+ es duro y complicado. Facebook conquistó donde reinaba MySpace porque esta no renovó el producto y porque la primera ofreció una filosofía diferente. ¿Qué conseguirá Google+ con las quizás limitadas armas que tiene?