El caso de Appian contra Pegasystems va cerrando capítulos. El Tribunal del Condado de Fairfax, en el estado americano de Virginia, ha dictado una sentencia definitiva.
Esta sentencia ratifica la condena por apropiación indebida de secretos comerciales, que obliga a Pegasystems a pagar 2036 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios. A esto hay que sumarle otros 23,6 millones de dólares por los honorarios de los abogados y unos 122 millones de dólares anuales por los intereses legales posteriores a la sentencia, fijados con un tipo anual del 6 %.
Así lo ha comunicado Appian, que llevó su disputa con Pegasystems a juicio en marzo de este año. El veredicto del jurado se conoció en mayo.
La Justicia considera que Pegasystems violó la Ley de Delitos Informáticos de Virginia y Appian valora la indemnización como la mayor en la historia de los tribunales de este estado.
“Nos complace que el Tribunal haya rechazado los intentos de Pegasystems de anular el veredicto del jurado”, dice Christopher Winters, consejero general de Appian. “Creemos que el veredicto del jurado fue sólido y las decisiones del Tribunal en el juicio estaban bien fundadas“.
“Appian sólo pidió una indemnización por daños y perjuicios que representara el enriquecimiento injusto de Pegasystems a costa de Appian, lo que fue respaldado por el testimonio de un testigo experto, incluyendo el de un analista retirado de Gartner”, añade Winters.
“No solicitamos ni recibimos daños punitivos“, señala. “Ahora pasaremos a la fase de apelación del litigio, donde confiamos en que también ganaremos”.
Y es que Pegasystems ha decidido apelar la sentencia, por lo que ahora se inicia otro capítulo en esta guerra con Appian.
Según lo expuesto en el juicio, la compañía de Massachusetts contrató a un empleado de un contratista del gobierno que había trabajado como desarrollador en el software de Appian para obtener acceso a la tecnología de su rival. Sus instrucciones habrían sido reclutar a alguien no “leal” a la firma de Virginia.
De este modo, obtuvo información comercial secreta, incluyendo grabaciones de vídeo, que le permitió crear características competitivas y capacitar al equipo de ventas.
Pegasystems habría acometido mejoras orientadas a la facilidad de uso y las capacidades sociales y móviles de la plataforma.
Además, los empleados de Pegasystems usaron identidades falsas para acceder a información de Appian y versiones de prueba de su software.
Al parecer, el propio fundador y director ejecutivo de la empresa, Alan Trefler, participó en estas actividades bajo el alias de “Albert Skii”. Durante el proceso admitió que el contratista “aparentemente hizo cosas para las que no tenía derecho”.
Appian explica que el “espía” ayudó con grabaciones de su entorno de desarrollo y que el equipo de desarrollo de productos de Pegasystems introdujo modificaciones aprovechando tecnología que no le pertenecía.
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