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“Hyundai será algo más de lo que es Foxconn”.

Así ha expresado Park Chul-wan, experto en la industria de las baterías y profesor en la universidad surcoreana de Seojeong, que descarta que un cada vez menos hipotético y más factible Apple Car sea un mero encargo de piezas suministradas por distintos fabricantes de componentes y ensambladas por un mero contratista.

Y es que en Hyundai empiezan a mostrarse suspicaces con respecto al papel que les toca jugar en la alianza con Apple que culminaría en el tan largamente rumoreado Apple Car en unos pocos años.

Tal y como te contábamos recientemente aquí en SILICON, el acuerdo entre la empresa surcoreana y la californiana se mantiene en el terreno de lo inconcreto pero apuntaría a una colaboración en la que Hyundai se encargaría de la fabricación de un Apple Car siguiendo las estrictas instrucciones de Apple. Y este papel habría dividido a los ejecutivos en la cúpula del gigante surcoreano de la automoción.

Algunas fuentes de la empresa insisten en que “Hyundai no fabrica automóviles para otras empresas”, remarcando además  que “trabajar con Apple no tiene porqué producir siempre grandes resultados“. Y es que al parecer el plan sería que o bien Hyundai o bien Kia (otra marca del grupo) actuasen como fabricantes de un vehículo diseñado por Apple y que vendería la propia marca de la manzana mordida. Esta posibilidad no cuenta con un apoyo unánime en el seno de Hyundai.

Todo queda en casa

Es habitual que Hyundai se encargue de la totalidad del proceso productivo (hasta el punto de fabricar su propio acero) y de no realizar encargos para otras marcas. Mantenerse sólidamente aferrado a una integración vertical de la cadena de producción caracteriza al que es el segundo mayor conglomerado de Corea del Sur.

Y es posible que precisamente esa sea una de las características que puedan resultar más atractivas para Apple. Parece razonable pensar que vea con buenos ojos este proceder una marca desde siempre obsesionada por la calidad y el control.

Las conversaciones entre Apple y Hyundai habrían comenzado en 2018, en el marco del Proyecto Titán, con el que la marca de Cupertino se aproximó a la industria de la automoción, de la mano de Alexander Hitzinger, hoy ejecutivo en Volkswagen. En aquel momento una de las razones que habrían frustrado la continuación de la colaboración fue el rechazo por parte de Hyundai a trabajar con personal externo. Una cuestión de “choque de culturas” (culturas empresariales) que la empresa surcoreana habría intentado resolver sustituyendo parte de estos ejecutivos con otros más proclives a este proyecto.

Diseñado en California por Apple, ensamblado en USA por Kia

Fuentes del fabricante de automóviles expresan su desconfianza argumentando que tanto Apple como Hyundai son “el jefe”, en el sentido de que cada uno hace sus productos y se encarga de su marketing, y sería complicado compaginar ambas inercias.

Pero por otra parte Hyundai presenta un exceso de capacidad fabril que podría encontrar una salida beneficiosa con este proyecto conjunto. La contratación de una parte de producción importante, como sería la de un Apple Car, permitiría asegurar unos volúmenes de producción satisfactorios para la buena marcha de la empresa.

Ante las preferencias de Apple por ensamblar su automóvil en suelo estadounidense, desde Hyundai se apostaría porque fuese Kia la encargada de la tarea. Esto también permitiría que la empresa matriz continuase reforzando su propia marca de automóviles de lujo, Genesis. Al mismo tiempo Kia está avanzando cada vez más con sus modelos eléctricos, además de que ya dispone de una planta capaz de afrontar la producción de un nuevo modelo en suelo estadounidense, en West Point (Atlanta).