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Fue en su momento una sentencia condenatoria ejemplar, pero ahora se ha quedado en un receso de la Justicia estadounidense. El antiguo CEO de Brocade, Gregory Reyes, fue declarado culpable y enviado a la cárcel con una multa ejemplar por realizar prácticas de backdating, convirtiéndose el que pagaba la culpa por todos los que habían realizado prácticas semejantes.
Más de un año más tarde, Reyes ha visto como la sentencia se revocaba por un defecto de forma en el juicio, tal y como recoge la prensa estadounidense. Durante el juicio, determina ahora el jurado, se ocultaron importantes detalles, lo que ha dado la vuelta al veredicto de Reyes. The Wall Street Journal se pregunta si se repetirá el juicio o se abandonará el caso.
Las acusaciones contra Reyes eran importantes: el CEO era el primer salpicado por una investigación sobre backdating que había salpicado a importantes empresas de Silicon Valley.
El backdating es una práctica que permite enriquecerse más gracias a los bonos de acciones: se escoge una fecha de valor muy bajo para repartir las acciones que corresponden a los beneficiarios y estos las venden a precios más elevados, lo que permite un amplio margen de beneficios. Es decir, si, por ejemplo, hoy hay que repartir acciones de la compañía X entre sus ejecutivos pero el valor  está muy alto, se falsea la fecha y se reparten como si se encontrasen en el día Y cuando valían mucho menos.
Entre las grandes que se vieron salpicadas por la investigación se encuentran empresas reputadas como Apple, McAfee o la compañía de medios Cnet, aunque Brocade fue la única que vio como su titular llegaba a los tribunales.
En un primer momento, Reyes fue sentenciado a 21 meses de prisión y a pagar una multa de 15 millones de dólares por su involucración en la estafa, al tiempo que su máxima responsable de RRHH, Stephanie Jensen, lo fue a cuatro meses y 1,2 millones de dólares. La pena de Jensen será ahora rebajada.
Jahan Raissi, un antiguo fiscal de la SEC, confiesa a Bloomberg que Reyes fue, posiblemente, un cabeza de turco. “Una de las razones por las que no ha habido cientos de casos fue que existe una mayor sensibilidad cogiendo un casos donde fue realmente escandaloso”.  De hecho, según un estudio que recientemente recogía el Journal, la mayor parte de las empresas que realizan estas prácticas ni son cogidas nunca con las manos en la masa ni confiesan.
“Defraudados”, así ha confesado un portavoz de la oficina del fiscal que se siente la acusación al San José Mercury News, aunque no ha querido hacer más declaraciones.