Si quieres formar a los trabajadores, déjales jugar

La formación online tradicional da paso a la gamificación. ¿Su objetivo? Mejorar ventas, motivar equipos y cambiar comportamientos.

Al buscar una definición de gamificación, es fácil encontrar que se trata del empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el objetivo de potenciar aspectos como el conocimiento, la motivación, fidelización, valores, etc.

Uno de esos entornos es el empresarial. Y es que la gamificación, como nueva forma de aprendizaje, supera las expectativas de los trabajadores frente a la formación online tradicional.

De hecho, de acuerdo con la empresa de formación Masquelearnig, la gamificación se ha posicionado en las empresas como el método más dinámico y eficaz para formar a los trabajadores en las respectivas áreas de trabajo.

Así, cada vez son más las compañías españolas que apuestan por el uso de la teoría y la mecánica del juego para “enganchar” a sus empleados con el objetivo de inculcar los valores de una organización, adquirir conocimientos, motivarles, presentar resultados…

A la hora de poner un ejemplo que ilustre cómo una organización puede mejorar sus resultados de negocio y empowerment aplicando la gamificación en la formación de sus empleados, desde Masquelearning recurren al proyecto que han desarrollado para Grupo Diavaz, empresa que presta soluciones integrales para la industria petrolera en Estados Unidos y México, y para el que diseñaron un plan de acogida gamificado para transmitir eficazmente los valores corporativos.

Su primera diferencia frente al el elearning tradicional es que presenta una estructura de contenidos más flexible e inmersiva que no se conforma con “pasar pantalla” o un “test final”, sino que las misiones, los retos y los niveles de dificultad ponen a prueba constantemente los conocimientos de las personas, fomentando su engagement.

Para Miguel Abrajan, cofundador de Masquelearning, “no vivimos una época de cambios, sino un cambio de época”, de modo que los procesos formativos y de negocio deben evolucionar para adaptarse a las exigencias de una nueva generación acostumbrada al mundo digital, a la inmediatez y a la co-creación.