Sprint y T-Mobile, la última gran fusión

Sprint podría pagar 32.000 millones de dólares por la adquisición de T-Mobile USA, consolidándose como el tercer operador de telefonía móvil en Estados Unidos, por detrás de AT&T y Verizon

La compañía controlada por la japonesa Softbank lleva tiempo interesada en la adquisición de la filial estadounidense de Deutsche Telekom y parece que al fin las posturas empiezan a encontrarse. No en vano, esta misma semana hemos conocido que Sprint estaría dispuesta a desembolsar 32.000 millones en esta operación.

T-Mobile es el cuarto operador del mercado, por lo que es un bocado apetecible para el resto de ‘players’ del sector. No en vano, AT&T ya intentó adquirirla en 2011, presentando una oferta de 39.000 millones de dólares. La fusión convertía a la sociedad resultando en el mayor operador en Estados Unidos, con 130 millones de clientes.

Sin embargo, la operación no fructificó. Tras varios meses de movimientos, AT&T decidió retirar su oferta ante los obstáculos regulatorios que surgieron a raíz de la adquisición. La compra se encontró con la oposición del Departamento de Justicia (DOJ, en sus siglas en inglés) y de la Comisión Federal de las Comunicaciones (FCC), preocupadas por el impacto que tendría sobre la competencia en el mercado de la telefonía móvil. Además, este movimiento no hubiera podido ser más desastroso, pues AT&T tuvo que asumir una indemnización de 4.000 millones de dólares por deshacer el acuerdo con Deutsche Telekom, como informaba Wired.

Esos mismos obstáculos podrían dificultar también la operación en ciernes, puesto que las autoridades estadounidenses desean que haya al menos dos alternativas a AT&T y Verizon Wireless. En cualquier caso, esta fusión resultaría menos lesiva para la competencia. Sprint es la tercera operadora del mercado, mientras que T-Mobile es el cuarta. Y juntas no superarían a los dos grandes. De unir sus fuerzas, estarían en una posición mejor para competir con ellas. Este puede ser el argumento con el que se presenten ante los reguladores, que quizá no pongan tantas trabas como en el anterior intento de AT&T.

Los términos de la adquisición están aún por definir, pero la oferta podría ser de 32.000 millones de dólares, unos 40 dólares por acción, que pagaría en efectivo y acciones. No obstante, los analistas creen que ese precio es bajo, puesto que las sinergias de la operación superarían los 20.000 millones dólares, según recogía Reuters. Además, habría que definir otros detalles importantes, como la indemnización a pagar si la fusión finalmente es bloqueada.  La japonesa Softbank, propietaria de Sprint, quiere fijar dicha indemnización en 1.000 millones de dólares, mientras que Deutsche Telekom desea que se cifre en 3.000 millones de dólares.

Deutsche Telekom mantendría un 15% del accionariado de la sociedad resultante y su salida de Estados Unidos le permitiría concentrar recursos en Europa. La compañía se enfrenta a la nueva subasta del espacio radioeléctrico en Alemania y necesita invertir en banda ancha de fibra óptica. Además, está mirando hacia el Este de Europa para extender su negocio.