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Nuevo problema de imagen para Steve Jobs, el máximo directivo de Apple y con una ya interesante leyenda negra. Un artículo publicado en la revista perfila al CEO de Apple como una persona autocrática, malhumorada y obsesionada por la protección de las decisiones internas de la compañía.

El reportaje publicado en la revista Fortune desvela algunos de los detalles del funcionamiento interno de la compañía más valorada y a su vez más misteriosa del mundo.

Se describen reuniones y escenas en la que Jobs se presenta como un líder dictatorial e implicado en todas y cada una de las decisiones de la empresa, hasta el punto que es él quien tiene la última palabra sobre las dietas de sus empleados.

Las reuniones de la compañía, en las que se debaten temas de vital importancia para la estrategia corporativa de la marca, son secretas, hasta tal punto que los participantes desconocen el lugar y la fecha de su celebración. Es tanta la rigidez de la política de privacidad de la empresa que los empleados que acuden a estas citas anuales, pasan numerosos controles de seguridad antes de llegar a una sala de reuniones aislada para evitar cualquier tipo de fuga de información.

El reportaje se basa en centenares de entrevistas a trabajadores y expertos del gigante tecnológico. Gracias a ellas se ha podido tejer el carácter del líder de la compañía y su obsesión por el secretismo y la perfección.

Cuando Apple desarrolló su primer iPhone, el servicio de mensajería MobileMe fue duramente criticado por sus deficiencias en el funcionamiento. Según ha podido saber Lashinsky, creador del reportaje, Jobs reunió a los trabajadores para pedir explicaciones al respecto. El tono utilizado fue duro, Jobs montó en cólera y acusó a la plantilla de “manchar la reputación de Apple”.

Este control absoluto de cada detalle de la compañía hace de Jobs un líder indiscutible de la misma y explica, a su vez, la relación directa de su persona y la confianza de los accionistas.