Sus empleados necesitan algo más que café para ser productivos

Hay alternativas al café para aumentar la productividad y eficiencia en la jornada laboral.

La gran mayoría de las grandes empresas ofrecen café gratis (o a un coste muy bajo) a sus empleados. Es un producto asequible y con propiedades estimulantes.

Pero el café no es el único producto capaz de despertar y poner en marcha a la plantilla. Según un artículo que publica FastCompany, hay otros productos y costumbres que ayudan a aumentar la productividad de forma notable.

Té verde

Tiene una gran concentración de antioxidantes que reducen el riesgo de problemas de corazón y diabetes. Además, contiene cafeína, aunque en menor cantidad que una taza de café. Algunos estudios aseguran que ayuda a mejorar la memoria.

Descansos regulares

Lejos de lo que pudiera parecer en un principio, hacer descansos cada poco tiempo ayuda a mejorar la productividad. Un estudio de la Universidad de Illinois demostró que los empleados son más productivos con breves tareas espaciadas en el tiempo que con una única tarea de larga duración.

Una siesta

Dormir poco afecta enormemente a la productividad. Según un artículo publicado recientemente por The Wall Street Journal, la dosis de sueño perfecta asciende a 7 horas diarias. Si es inferior, se recomienda echar una cabezada de aproximadamente 25 minutos. Un estudio de la NASA concluyó que con breves siestas de esta duración la eficiencia en el trabajo aumenta un 34%.

Hacer deporte

Una actividad física regular incrementa la energía y ayuda a enfrentarse a los problemas cotidianos con más claridad. Ya lo sabían en la Grecia Clásica: mens sana in corpore sano.

Chocolate y risas

Sustituir una taza de café con chocolate y en un ambiente divertido puede incrementar notablemente la productividad. Diversos estudios coinciden en que los empleados felices son más productivos. En algunos casos, esta cualidad aumenta un 88% la productividad.

Un ambiente templado en la oficina

Al contrario de lo que pudiera parecer en un principio, un ambiente frío no refresca las ideas. Según una investigación de la Universidad de Cornell, trabajar en un ambiente templado ayuda a mejorar la productividad. La clave es que de esta forma el cuerpo humano consume menos energía para mantener el calor y puede emplearla en otras tareas.