Trabajar en una empresa TIC de lo más puntera parece sinónimo de un agradable lugar de trabajo, donde se aplica una novedosa filosofía de recursos humanos y donde los decorados son coloridos y extravagantes. Pero no siempre es así. Un ex ingeniero de Twitter ha salido a la palestra asegurando que el del site de microblogging es un lugar “tumultuoso” para trabajar, sin orden ni concierto.
Andrien Gaarf dejó la compañía por una razón: trabajar allí se estaba convirtiendo en una tarea demasiado difícil. El ex empleado dibuja a Twitter como un lugar cada vez más malicioso, en la medida que ha aumentado la plantilla de 150 a 750 trabajadores.
Al parecer, la deuda técnica (referida a una pobre arquitectura de software) se está reduciendo, pero sigue siendo considerable. Los proyectos son juzgados en base a lo ingenioso del nombre que se les pone (Gaarf habla de nombres de aves exóticas); que atiende más a lo popular de quien lo propone que a la utilidad o el objetivo del mismo, recoge Business Insider.
El ex ingeniero habla de guerras de liderazgo entre empleados sobre la visión y el significado de los productos, la viabilidad y el significado de los mismos. La sensación de una ideología empresarial única, que no deja cabida a un examen crítico ha superado al ahora ex empleado.