Un insecto abre una nueva puerta a la computación óptica

La tecnología óptica ha sido utilizada para transmisiones ultrarápidas de datos, y su aplicación a la fabricación de componentes ha sido “el santo grial” de muchos desarrollos científicos que trataban de hallar solución al problema. El diamante había sido uno de los elementos considerados para fabricar este tipo de chips ya que disponía de la estructura adecuada, pero se trata de un material demasiado denso (y caro, obviamente) como para resultar práctico.

Sin embargo, una reciente investigación ha revelado que la solución podría encontrarse en el interior de un escarabajo (Lamprocyphus augustus) que se puede encontrar en Brasil y que dispone de una materia que supera las propiedades del diamante en este tipo de investigaciones: la composición de esa materia es la misma que los átomos de carbono del diamante, lo que la hace un semiconductor perfecto para construir el cristal fotónico definitivo.

Este avance podría abrir la puesta al fin a la computación óptica en la que los chips 3D estarían a la orden del día. Mientras que las tecnologías de integración actuales de 45 nm hacen posible producir procesasdores con unos 800 millones de transistores siguiendo un concepto 3D, esta filosofía lograría que en un procesador existiesen 22 billones de transistores. Con B de burrada. Eso supondría contar con soluciones del orden de 30.000 veces más potentes que las actuales.

Y todo gracias a un bicho. La naturaleza es sorprendente.

vINQulos

CustomPC