Los rumores se confirmaron sólo en parte ayer en la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple. Se presentó el nuevo iPhone, sí, pero no lo hizo Steve Jobs. Anunciada su vuelta al trabajo a finales de junio, se había especulado mucho con su presencia en el evento, pero al final no asistió.
El encargado de presentar el dispositivo -y el resto de novedades de la compañía- fue Philip Schiller, vicepresidente de marketing de productos a nivel mundial de la compañía de la manzana. Y lo hizo explicando por qué el nuevo iPhone se llama 3GS, es decir, por qué se le ha añadido la ‘S’ al nombre.
La ‘S’ significa ‘Speed’. Esa es la principal novedad del teléfono, que ahora es capaz de hacer funcionar sus aplicaciones hasta el doble de rápido que antes. Ciertamente, el nuevo iPhone es prácticamente igual al anterior modelo 3G en apariencia física. Schiller asegura que la “revolución está en el interior”.
El modelo, además de ser más rápido, es también más potente. Posee una batería que dura hasta dos horas más -ya podría alcanzar las 10 horas- y también una cámara de fotos -uno de los handicaps del teléfono de Apple- más potente, con tres megapíxeles y que graba video.
El teléfono nuevo olvida la versión de 8GB y se presentará sólo en la de 16 y 32, que en Estados Unidos costará 199 y 299 dólares respectivamente. En España no se sabe aún cuál será su precio, pero se espera que esté disponible en las tiendas de Telefónica a partir del 19 de junio.
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