A medida que aparecen nuevos modelos de negocio, los fabricantes necesitan herramientas que les permitan aprovechar al máximo la colaboración entre empresas. Este fenómeno ha sido denominado “fabricación virtual” pero en realidad es cualquier negocio que sustenta su posicionamiento en el diseño y la venta de sus productos, y que a la vez cuenta con pocas o ninguna instalación de fabricación.
En estas áreas de fabricación es vital que exista una comunicación fluida entre proveedores, partners logísticos y la propia empresa situada en el centro de todo ello, orquestando los flujos tanto de información como de productos físicos.
Si miramos con atención a empresas como Apple, Dell Computer, Nike o Adidas, u otras muchas firmas de la industria de la moda, detectaremos similitudes en su modelo de negocio.
Estas compañías se apoyan en su tamaño para conseguir economías de escala, desde el suministro de piezas hasta la distribución física o los servicios de marketing, y son suficientemente inteligentes como para reconocer que sus competencias clave se basan en la adecuada gestión de la marca o el diseño y no en las tuercas y tornillos de su cadena de producción.
Cada vez más empresas consideran que este nuevo modelo de negocio se adapta a sus necesidades. Si disminuyen la carga de trabajo administrativo y de gestión que conlleva una empresa de fabricación, podrán centrar sus esfuerzos en los aspectos que más valor añaden: el diseño y la comercialización de productos que puedan tener éxito en el mercado.
A medida que se populariza el modelo de fabricación virtual, las empresas que lo adoptan se encuentran con un problema: generalmente el ERP con el que cuentan está diseñado para un mundo muy distinto: fábricas reales, no externalizadas, y un entorno en el que está implícito que los flujos de información y productos giran en torno a la propia empresa. Y nada más lejos de la realidad. En la actualidad, la empresa es un punto más de una red que incluye a proveedores, clientes, proveedores de servicios (abarcando los de servicios financieros) y partners de logística y fabricación.
Intentar establecer un modelo de fabricación virtual sobre un ERP tradicional supone retrasos, silos de información y, a la larga, costosas modificaciones al sistema. En un entorno de este tipo, el ERP tradicional no es suficiente. Lo que se requiere es algo muy distinto: una herramienta diseñada para ofrecer una colaboración real y efectiva entre todas las empresas que forman parte del proceso. Se necesita una colaboración que sobrepase las paredes de la fábrica y de la empresa, que pueda apoyarse en el ERP existente y comunicarse con las soluciones de los partners. No es un ERP, es mucho más.
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