No todo son clausuras de productos en los despachos de Google en Mountain View. La compañía californiana también tiene tiempo (y dinero) para perseguir negocios que le interesan y absorberlos.
Los primeros ayudan a ahorrar energía, mientras que los segundos “mantienen segura a tu familia”, incide el CEO de Google, Larry Page, que se muestra “entusiasmado” tras haber llegado a un acuerdo que debería cerrarse en unos meses.
¿El precio pactado? Nada menos que 3.200 millones de dólares en efectivo.
Igual de contento ha declarado sentirse el CEO de Nest, Tony Fadell, que en un largo post explica que tras esta operación sus productos y su equipo podrán “cambiar el mundo más rápido de lo que habríamos sido capaces de haber seguido solos”.
Fadell continuará dirigiendo los designios de este proyecto y su socio Matt Rogers también seguirá siendo jefe de ingeniería como hasta ahora, de tal modo que Nest no cambiará de marca ni de filosofía.
Se calcula que la plantilla de Nest, que acaba de emparentar con la familia Google, está conformada por unos 300 empleados.
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