Dropcam tiene una gama de cámaras muy populares que a precios entre $149 y $199 permiten ubicar en casa (o en la oficina o en el lugar que consideremos necesario vigilar) un perímetro de vigilancia visual al quedar dichas cámaras comunicadas mediante WiFi de manera que por lejos que estemos, siempre que dispongamos de acceso a Internet podremos permanecer atentos a cuanto suceda.
Dropcam además ofrece almacenamiento en la Nube de los vídeos captados por estas cámaras, un servicio de videoarchivo virtual de pago que contrataron durante el pasado un 39 % de sus clientes. Esto puede haber despertado el interés de Nest en dar un paso más en la dirección del llamado “Internet de las cosas” ampliando su gama más allá de los termostatos de climatización y otros accesorios que vende.
Al parecer Nest tendría planeado añadir sensores de movimiento a las cámaras de Dropcam, como forma de ampliar el concepto de casa inteligente de la empresa.
El acuerdo de compra por 555 millones de dólares, que se han pagado en metálico, está sujeto aún al ajuste de algunos detalles menores.
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