Antes de dejar sus gafas inteligentes en manos de terceras personas, Google ha querido dejar algunas cosas claras. La empresa de la gran G ha liberado sus términos y condiciones sobre Glass, mencionando que los desarrolladores no podrán “incluir ningún tipo de publicidad” ni “cobrar” a los usuarios por descargar apps para el dispositivo.
En la práctica esto supone que los explorers que han pagado 1.500 dólares por el gadget no podrán rentabilizarlo. Al menos, de momento.
La inclusión de esta cláusula coincide con el anuncio de la compañía de que las primeras gafas han comenzado a enviarse a los elegidos para su programa de exploradores.
“Hoy estamos lanzando la documentación de la API y un montón de código de ejemplo, por lo que a pesar de que la API se encuentra en una versión developer preview limitada, ya podéis empezar a sonar con nosotros”, comenta en un post en Google+ Jenny Murphy, ingeniera del programa de desarrolladores de Google.
Por el momento, la versión del software liberada por Google no permite la entrada de voz ni el reconocimiento de imágenes en tiempo real para aplicaciones de realidad aumentada, según Cnet, limitando mucho las posibilidades de estos primeros testers de Glass.
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