El proyecto iniciado por la Universidad de Stanford sirve entre otras cosas para tratar de comprender mejor la forma en que las proteinas se comportan, y es un tipo de estudio vital para la lucha contr el cáncer. Gracias a la informática distribuida, millones de PCs en todo el mundo colaboran para tratar de computar el mayor número de simulaciones posible y así ayudar al desarrollo de nuevas vacunas.
Un usuario que de hecho trabaja en la ayuda a enfermos -entre ellos, de cáncer- se ha construido un centro de datos a base de 50 tarjetas gráficas conectadas en varios equipos. Las configuraciones con cuatro, tres, y una GPU conectadas (que en realidad no trabajan en SLI, sino que conjugan su potencia) logran una potencia de cálculo asombrosa gracias al soporte que NVIDIA ha dado a este tipo de proyectos mediante la tecnología CUDA. Una idea sorprendentemente original.
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