Como sabéis cuatro países, India, Brasil, Sudáfrica y Venezuela recurrieron la aprobación del formato de documentos por lo que la ISO tuvo que poner en “stand-by” su aprobación definitiva.
La ISO y la IEC (International Commission Electrotechnical) debían en el plazo de un mes examinar las apelaciones y tratar de alcanzar un acuerdo con los organismos nacionales de votación. Al no producirse éste, una junta de gestión técnica debe revisar los recursos y emitir un dictamen definitivo.
No hace falta ser un lince para intuir el resultado del informe técnico, cuando la ISO convertida en juez y parte dice que “todas las resoluciones adoptadas en el curso del proceso estuvieron de acuerdo con la directiva vigente y que muchas de las objeciones son irrelevantes para el proceso de apelación”, por lo que recomiendan el rechazo sin paliativos de los recursos.Y no ha más que hablar, el supuestamente independiente comité técnico, dependiente de la ISO, ya sabe lo que tiene que dictaminar.
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