La idea de Amazon era arriesgada, ya que no había en el mercado muchos otros dispositivos similares, además de que tras el rotundo fracaso del Fire Phone, apostar por un dispositivo ‘innovador’ requería tener el valor suficiente como para reconocer sus errores anteriores y estar dispuestos a tal vez volverlos cometer otros con un nuevo producto que no están seguros que vaya a funcionar.
Al igual que Siri de Apple o Cortana de Microsoft, el asistente de voz del Echo de Amazon también tiene nombre propio, en este caso se llama Alexa, y los desarrolladores cuentan ya con una SDK gratuita para acceder a sus funciones, Alexa Skills Kit.
Pero además de esto, Amazon quiere ofrecer la tecnología de Echo a fabricantes terceros, por lo que Echo no sería el único altavoz inteligente que usaría Alexa y otras funciones. También ha creado el Alexa Fund, un fondo de 100 millones de dólares con el que apoyar a desarrolladores, fabricantes y startup que quieran apostar por su tecnología.
Con esta decisión por parte de Amazon, vemos como la empresa parece buscar, por encima de ofrecer un dispositivo en exclusiva, que otros fabricantes se animen a poner a la venta otros altavoces inteligentes similares, popularizando su uso además con la ayuda de los desarrolladores.
Gracias a todo esto, podríamos ver una mayor oferta de alternativas en cuanto a altavoces inteligentes y posibilidades de los mismos dentro de muy poco.
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