El mercado de la telefonía estadounidense se ha visto sacudido en las últimas horas tras hacerse público el acuerdo de compra de T-Mobile por parte de AT&T.
No sólo ha sorprendido el movimiento, sino también las cifras ya que AT&T pagará a la filial estadounidense de Deutsche Telekom 39.000 millones de dólares (unos 27.500 millones de euros).
La primera consecuencia de esta operación será el nacimiento de la mayor operadora de los Estados Unidos, que superará a Verizon Wireless, actual líder del segmento de telefonía en este país.
Además, se reduce de cuatro a tres el número de firmas que luchan por liderar este sector dejando a Sprint Nextel cada vez más alejada de sus rivales.
La operación está pendiente de ser aprobada por las autoridades reguladoras de la competencia, que tendrán que examinar con detalle el acuerdo para asegurarse de que no existe riesgo de monopolio en el uso de redes GSM.
Gracias a esta adquisición, AT&T mejorará su red de comunicaciones y Deutsche Telekom se centrará en seguir expandiendo su negocio por Europa mientras toma partido en el Consejo de Administración del grupo y también en su accionariado, con el 8% de participación en el nuevo gigante de las telecomunicaciones.
“Esta operación representa un compromiso mayor por reforzar y expandir una infraestructura crítica para el futuro del país”, según ha explicado el presidente ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson.
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