Se trata de varios prototipos que van desde altavoces enrollables integrados en fotos, altavoces ultraplanos y hasta con forma de abanico.
¿Cómo han conseguido flexibilizarlos sin perder características acústicas? Pues gracias a que el diafragma usa un material viscoleástico que es blando pero se vuelve duro a frecuencias en el rango acústico (entre 20 y 20kHz), permitiendo que no se absorban las vibraciones acústicas y no se pierda calidad de sonido.
Para generar las vibraciones sonoras han añadido piezoeléctricos cerámicos y electrodos, creando un material compuesto que por último han cubierto luego con una capa protectora.
Ahora queda saber si esta tecnología llegará algún día al usuario o se quedará como una curiosidad. No sé, pensando en un futuro cercano con ferias y romerías llenas de “abanicos a voces” lo mismo hay cosas que la humanidad no debería permitir.
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