Era un lanzamiento anunciado. Primero fueron las pistas que daba la tienda virtual de Google, donde ya se confirmaba su existencia. Después, y ya la prueba definitiva, la instalación de la estatua representativa de la nueva versión del SO en los jardines de Mountain View.
Y por la tarde, (18:30 hora española), la noticia se hacía realidad: Google presentaba Android 4.1, Jelly Bean, una pequeña evolución del aún joven Ice Cream Sandwich.
La nueva versión es más rápida, tiene un mejor rendimiento y sección gráfica mejorada. Se incluye funcionalidades de tecnología NFC -como la posibilidad de compartir contenidos mediante la tecnología-. Hay mejoras en el reconocimiento de voz, que es además, y a diferencia de Siri, offline.
Las demás novedades tienen que ver con las notificaciones, el teclado (más preciso y predictivo) y mejoras en la cámara.
Google ha puesto especial énfasis en la experiencia de usuario y en la mejora de la navegación a través de aplicaciones. Destaca la interfaz Project Butter y Google Now, aplicación que permitirá al usuario conocer información de vuelos y que se anticipará a las búsquedas (en función del historial).
La nueva versión del SO llegará a mediados de julio, y por el momento se ejecutará por defecto en el nuevo y recién presentado Nexus 7, el tablet low cost de Google, aunque se espera que más dispositivos vayan actualizándose.
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