Para hacerlo posible, el vehículo emplea numerosos sensores y mapas 3D, junto a un ordenador que se encarga de interpretar los datos que se han recogido.
Asimismo, Wildcat puede saber que obstáculos hay a su alrededor ya que cuenta con varias cámaras.
Sus creadores aseguran que gracias a la avanzada tecnología inteligente del coche, este puede determinar que rutas están menos congestionadas y evitar los atascos.
Una ventaja de Wildcat sobre la mayoría de vehículos autónomos del mercado reside en que al no basarse en el GPS se elimina el margen de error que presentan esos modelos.
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