El gigante tecnológico japonés ha advertido que no espera ganar dinero este año y que se centrará en hacer cambios más profundos en su negocio.
Tras el anuncio de las medidas que afectan a la remuneración de los ejecutivos de la compañía (40 de los directivos deberán devolver sus bonus) la empresa ha arrojado su previsión de pérdidas para final de año, un total de 50.000 millones de yenes (489,5 millones de dólares), como recoge CNet.
Sony se ha visto enormemente debilitada en los últimos años por los competidores líderes, Samsung y Apple, y afronta su nuevo ejercicio fiscal con una reestructuración aún mayor (meses atrás la firma ya decidió vender su histórico negocio de PC y escindir en una división aparte la de TV).
“En los años anteriores la reestructuración se ha centrado, sobre todo, dentro de las unidades de negocio y la fabricación. Esta vez la diferencia es que eliminaremos partes enteras del negocio”, ha afirmado el director financiero (CFO) de Sony, Kenichiro Yoshida.
Hace varias semanas Sony rebajó sus ingresos para el último año fiscal (que ha terminado el 31 de marzo), culpando de la bajada a una reducción de la demanda de su negocio de fabricación de discos y los costes inesperados asociados a su retirada del mercado de PC.
Las últimas informaciones han apuntado a que Sony detendrá la producción de sus televisores OLED para centrarse solo en los modelos 4K.
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