Entre las pocas noticias positivas para Lexmark está el hecho de que sus ingresos durante los tres últimos meses del año pasado fueron de 967 millones de dólares, una cifra que supera los 934 millones de dólares previstos por los analistas.
En cambio, el apartado de las negativas está mucho más poblado. En primer lugar, destaca el hecho de que esas cifras de ingresos implican un descenso del 11% sobre los resultados obtenidos en el mismo período de 2011, aunque hay que tener en cuenta que la marca con sede en Lexington se desprendió el año pasado de su negocio de impresoras inkjet tradicionales.
En segundo lugar, al ver el total de ingresos obtenidos por la compañía de Kentucky en 2012 la situación tampoco es buena, ya que estos descienden un 9% sobre los de 2011. En concreto, el año pasado Lexmark terminó con 3.798 millones de dólares mientras que el anterior llegó a anotarse 4.173 millones de dólares.
En tercer lugar, en los beneficios la bajada es todavía más acusada y la empresa pasa de los 321 millones de dólares a cerrar 2012 con 106 millones de dólares.
Por último añadir que al conocerse los pobres resultados financieros de Lexmark las acciones de la compañía han entrado en una caída en picado, perdiendo el 10% y situando el precio por acción en torno a los 25 dólares.
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