El estudio contrasta una encuesta telefónica realizada a los estadounidenses de a pie y los resultados obtenidos de una encuesta realizada a 363 científicos de nanotecnología. La conclusión sorprende porque los científicos parecen estar más preocupados por los efectos medioambientales y para la salud que pueda provocar la nanotecnología que los ciudadanos.
Con otras tecnologías, como la energía nuclear o los alimentos genéticamente modificados, la reacción ha sido la opuesta, incluso al principio, cuando el gran público aún no sabía mucho de ellas.
La nanotecnología utiliza pequeñísimas piezas hechas por el hombre que pueden incluso meterse en las células, moverse por el cuerpo y actuar bajo unos parámetros pre-programados. Se encargarán de tareas mecánicas, como inyectar medicina, crear estructuras o todo lo que quieran los desarrolladores que hagan.
Esta tecnología puede acarrear un grave peligro para la salud y el medio ambiente, según temen los científicos. Sin embargo, la gente no parece estar preocupada en absoluto, a juzgar por los resultados de la encuesta.
Suponemos que los que encuestados conocían el significado y alcance de esta tecnología.
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