La respuesta es sencilla: la incompatibilidad de formatos, un problema que ha sido muy bien aprovechado por Microsoft durante años, ya que sus formatos binarios -que hasta hace poco no estaban disponibles en forma de especificaciones para otros desarrollos- ofrecían a menudo características que era muy complicado replicar en OpenOffice.org para mantener la compatibilidad entre el trabajo realizado con esta suite y con la de Microsoft.
Esa incompatibilidad puede que termine antes de lo que esperábamos: la estandarización de ODF (el formato por el que apuesta OpenOffice.org) y el proceso que se está llevando a cabo con el OOXML de Microsoft podrían provocar una interoperabilidad mucho más estrecha entre MS Office y OpenOffice.org. Esperemos que así sea.
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