Sanyo mantendrá su división de teléfonos
móviles, al menos por el momento. Así lo afirmó el pasado sábado, cuando el
grupo, que se encuentra inmerso en un proceso de reestructuración interna, salió
al paso de los rumores que apuntaban a que había decidido desprenderse de dicha
área de negocio.
“Estudiamos diferentes opciones con el objetivo de reforzar nuestras
operaciones relativas a los teléfonos móviles, pero no hemos tomado ninguna
decisión de venta”, indica Sanyo en un comunicado recogido por
La
Tribune.
De acuerdo con el diario Yomiuri
Shimbun, el grupo habría establecido contactos con posibles compradores, en
particular con Kyocera y
Sharp, y podría tomar una decisión antes
de finales de mes.
Por su parte, la televisión pública NHK
mantiene que la compañía ya habría decidido vender esta división, y que las
partes implicadas discutirían ahora sobre el precio, por lo que el acuerdo
definitivo podría conocerse antes de finales de año.
Estas informaciones, ahora formalmente desmentidas por Sanyo, se producen
después de que el grupo haya acumulado pérdidas durante los últimos tres años.
Éste es el motivo por el que los analistas especulan sobre el hecho de que el
grupo caiga en la tentación de deshacerse de la división de teléfonos móviles,
sección deficitaria, para concentrarse en la baterías y pilas recargables.
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