Sharp acaba de anunciar una reestructuración de su plantilla. La compañía ha comunicado que efectuará 1.500 despidos, que afectarán sobretodo a empleados temporales de Japón.
Los tiempos financieros actuales han acabado con la excelente trayectoria de la electrónica, que había resistido encomiablemente sin registrar pérdidas desde 1953.
Desde el año pasado, la caída del consumo, la bajada de precios y la apreciación del yen han sido las principales causas de este derrumbe.
Otras medidas anunciadas por Sharp han sido el cierre de dos fábricas de pantallas LCD en Japón y algunas líneas de producción. Además de un recorte de entre un 30 y un 50% en los salarios de sus ejecutivos, tal y como confirman en un comunicado a los medios. Esta iniciativa se consumará de marzo a septiembre de este año.
Las pérdidas en operaciones de la tecnológica en su último ejercicio fiscal que finalizará en marzo son de 30.000 millones de yenes (257,2 millones de euros) y la pérdida neta alcanzará los 100.000 millones de yenes (857,4 millones de euros).
Desde octubre, Sharp ya había anunciado un recorte de su beneficio operativo durante este periodo y era de 130.000 millones de yenes (cerca de 1.114,6 millones de euros) de los 195.000 millones de yenes (1.671,6 millones de euros) estimados por la firma en un principio.
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