El avión Zephyr, desarrollado por la compañía especializada en defensa QuinetiQ, ha sido financiado por el Ministerio de Defensa británico y el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Voló a una altitud de 60.000 pies, accionado únicamente por células solares en las alas y una pequeña batería de litio.
Andrew Baird, director del centro de I+D del Ministerio de Defensa británico dijo que estaban muy contentos del éxito que habían tenido con las pruebas, porque con ello demostraban que la tecnología tiene posibilidades.
El avión fue desarrollado en un principio para proporcionar redes de comunicación alternativa en regiones en guerra, pero se espera que con la posibilidad de hacer cada vez vuelos más largos, se pueda utilizar como enlace en zonas deprimidas o en lugares donde algún desastre natural haya cortado las comunicaciones de datos normales.
El avión ha sido construido con fibra de carbono y células solares no más gruesas que un folio de papel. Con ellas se cubren las alas. Se lanza manualmente y después el avión se controla de forma remota desde tierra, vía satélite.
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